Universo breve. 11. Marta. Damaris Disner

Marta

Por Damaris Disner

Abandonó el quehacer de la casa e intentó limpiar su mirada. Desde ese día, el cochambre de las hornillas son peccata minuta

Fotografía: Wallace Chuck.

Universo breve. 10. Amnesia. Damaris Disner

Amnesia

Por Damaris Disner

Un grito seco se filtró por el vecindario. Gumaro corría por las calles, desnudo, con un dogal alrededor del cuello cuando todos se asomaron a ver. Juraba que no podría vivir sin él: ese día se mataría. Se le olvidó que el otro lado de la soga se cuelga en alguna viga.

Fotografía: Elina Krima.

Universo breve. 9. Escarabajo posmoderno. Damaris Disner

Escarabajo posmoderno

Por Dámaris Disner

Nadie tocó la puerta de su habitación. Tampoco hubo necesidad de pegarse al techo. Le bastaba revisar las notificaciones de su Facebook para dejar de sentirse insecto.

Fotografía: j.mr_photography.

Universo breve. 8. Tal para cual. Damaris Disner

Tal para cual 

Dámaris Disner

Él admira mi desbordante imaginación. Yo, su lengua de infinitas habilidades. Es mi políglota traductor.

Fotografía: Darcy Delia.

Universo breve. 7. Reina Vasti. Damaris Disner

Reina Vasti 

Dámaris Disner



Sin corona reinó para sí misma. No hubo sucesora.

Fotografía: Leo Cardelli.

Universo breve. 6. Codependencia. Damaris Disner

Codependencia 

Dámaris Disner


Picar cebolla nunca fue mi intención; para llorar me bastaba su gélida mirada pero desde hace días se le vaciaron los ojos cuando me vio partir.

Fotografía: Ekrulila.

Universo breve. 5. Coautoría. Damaris Disner

Coautoría 

Dámaris Disner


Mi gata no sabe de buenos modales ni de horarios. Maúlla afuera de la puerta de mi cuarto, mientras con sus extremidades delanteras la rasga para anunciarme su presencia. Cómo si no lo supiera. Su hora favorita es de una a dos de la madrugada, justo cuando puedo leer un poco. Debo ir al baño a expulsar los miedos que me provoca explorar mis lúgubres certezas en los textos leídos. Al salir del cuarto, como si nada ante la insistencia de dejarla entrar, me sigue para acompañarme. Dejo entreabierta la puerta. Maúlla. Salgo y me rebasa con sus siete kilos de peso distribuidos desde sus orejas hasta su ondulante cola. Me gustaría ser tan segura como ella. Entramos a la habitación. Intento leer de nuevo. De un salto se acomoda entre mis libros, justo encima de ellos. Nada es más importante que acicalarse su pelambre blanco y gris. Debería aprender de su egoísmo. La observo. Se da cuenta. Se detiene. Hojeo la única novela que dejó libre su pesado cuerpo. Es una estrategia para distraerla. Se lo ha creído. O eso me hace creer. Cambia de posición y sigue acicalándose. Vuelvo a perderme en ella. Tengo miedo que un día ya no la veré hacerlo, que los soles de su anguloso rostro se eclipsen para siempre. Como un tatuaje intento conservar su imagen. Emite un breve maullido, parece decirme -Ey, estoy aquí, no me despidas aún. Siento un escalofrío. La dejo hacerse un ovillo mientras el fantasma que se filtra con ella, en este ritual diario de madrugada, me dicta lo que ahora escribo.

Fotografía: Flickr.

Universo breve. 4. Extranjeros. Damaris Disner

Foto: Luis Quintero

Extranjeros 

Dámaris Disner

Caminamos por las calles de una ciudad en llamas, sofocadas por la mísera memoria de quien olvida a sus mujeres hechas cenizas, a favor de un turismo miope. Extranjeros de nosotros mismos en el Distrito Miraflores. Compradores de arte en el parque Kennedy. Coleccionistas de mapas turísticos. Han pasado meses de nuestro viaje a Lima, me confirman que hay recuerdos que no se compran en las tiendas, la política exterior los ha quitado del inventario.

Fotografía: Luis Quintero.

Universo breve. 3. Resistencia. Damaris Disner

Foto: InstaWalli

Resistencia 

Dámaris Disner


Él dice a menudo que le gusta dejarse llevar por mí, aunque desde sus ojos verdes cuestiona la posibilidad de un error. Su acento extranjero casi provoca corto circuito pero me desplazo segura por el hotel. Me sigue embelesado en todos los pasillos hasta la habitación. Le confiaría por dónde me conecto pero soy la robot con más visitas al taller de reparación, sufro de inexplicable humedad.

Fotografía: InstaWalli.

Universo breve. 2. Recordatorio oportuno. Damaris Disner

Recordatorio oportuno 

La gata café se acurrucó sobre la mesa. En esa posición era tan parecida al gato blanco. Recordó que desde que él murió no se sentaba a escribir en la terraza. Una notificación de Facebook le hacía saber que esa noche se colocaban las veladoras para las mascotas muertas. El golpe seco en el techo fue idéntico al que se oía en sus salidas nocturnas. No tuvo duda, fue su reclamo por pensar que regresaría en una gata; lo machista nunca se le iba a quitar.