El arte de matar por descuido
Por Roger Octavio Gómez Espinosa
Me encontré con una breve selección de cuentos que realizó para fines didácticos la profesora Celia Corral Cañas cuando fui estudiante de un Máster en creatividad Literaria en la Universidad de Salamanca:
• Gabriel García Márquez, “Sólo vine a hablar por teléfono”.
• Julio Cortázar, “Bestiario”.
• Paloma Díaz Mas, “La niña sin alas”.
• Samanta Schweblin, “Pájaros en la boca”.
Les comparto las impresiones, también breves, que entonces tuve y que me parece que te puede servir a tí, estimado lector, para recrear esa magia que la cuentística puede brindarnos:
1
Es una línea delgada, y hasta subjetiva, la que separa el mundo de los cuerdos del de los locos. Esta parece ser la tesis de García Márquez en "Yo sólo vine a hablar por teléfono", título endecasílabo y bien logrado, considero, aunque no tan poderoso como otros; menciono esto porque en García Márquez los títulos de sus cuentos son por sí solos objeto de análisis, al menos para mí. En este cuento a partir de un accidente menor se tuerce el rumbo de una historia que pudo haber sido simple para tomar una camino existencialista y absurdo, de manera hábil, en la línea de Camus.
2
García Márquez tiene una manera de escribir contagiosa, con una sencillez que es producto de una habilidad complicada, diría que prodigiosa, algo así como el abrazo de oso de Herculina: “entrenada en el arte de matar por descuido”. Con tanta fuerza abrazó y abrasa (válganme la “s” y la “z”) que influyó a muchos escritores, varios se consumieron en su estilo, pero otros más lograron textos como el de Paloma Díaz Mas en "La niña sin alas", donde una niña precisamente no tiene alas en un universo donde volar es para los humanos tan normal como para nosotros nacer con cinco dedos en cada mano. Ya que arriba mencioné el asunto de los títulos, me parece que Díaz Mas nos quedó a deber con el suyo, poco agregó a la historia y nos dio información anticipada que quizá a algunos lectores avispados no les guste. No es fácil ser Paloma en una selección que tiene a Cortázar y García Márquez. Sin embargo, este cuento me hizo pensar en que puede servir para un análisis de iceberg, hay una porción mayor debajo de lo que se asoma en el texto, temas ordinarios que son tratados bajo otra perspectiva. Los hombres que vuelan son un tema recurrente en la imaginación popular, la maternidad, las capacidades diferentes; lograr que esos temas vuelen con honestidad y darle una buena vuelta de tuerca es el diferencial a perseguir.
3
Cómo disfruté leer a Samanta Schweblin, "Pájaros en la boca", no la conocía. El cuento nos lleva a un final esperado y, sin embargo, acudí con gusto a ese final gracias a la limpieza con Schweblin trata el cuento.
4
Cortázar, por su lado, en Bestiario, ¿qué se puede agregar a “Bestiario” que no se haya dicho?, quizá que es de esos textos que me gustaría haber escrito y a los que aspiro alcanzar. Nos traslada a un ambiente donde cabe lo realmaravilloso, pero con una mayor exigencia al lector y en esto supera a los cuentos anteriores de la selección. Es Cortázar, no se puede estar distraído ni andar con paso flojo porque lo deja a uno rezagado. Como ya saben, “Bestiario” (el cuento) es parte de una colección de cuentos recabada en un libro también llamado Bestiario, donde la realidad es trastocada de tal forma que arrasa al lector, me parece que es acá donde Julio ya muestra el estilo cortazariano en su pureza. Las bestias no son como en otros libros con títulos similares, de otros autores, de apreciación “zoológica” sino de bestialidad psicológica y monstruosa. Ríos de tinta han corrido y siguen manando. Es un texto impresindible que debes leer una y otra vez.
Trailer Acrofobia, Marabunta Colectivo Escénico y Telar Teatro