El que no sabe entenderte
Por Roger Octavio Gómez Espinosa
No eres tú, Poesía Contemporánea, soy yo el que no sabe entenderte. Y es que vengo de leer a poetas campesinos, a poetas que eran vendedores de telas, a los que enfrentaron con palabras metralletas y a los que dejaron sus estudios por problemas económicos que trajeron las guerras. Hablo de Miguel Hernández, Jaime Sabines, Wislawa Szymborska, Loynaz, Bartolomé, Oliva, Lorca, Machado, esos otros...
O será que ya estoy en los albores de una edad en la que me parece que lo pasado fue mejor. El caso es que no pude encontrar poesía en los poemas de Luis Alberto de Cuenca. Y no puedo aceptar que un señor que es miembro de academias abra su poema diciendo: “Me gusta cuando dices tonterías/ cuando metes la pata/ cuando mientes”, además de que me parece muy pobre la reminiscencia a Neruda, no aporta más imágenes ni artilugios verbales, el lenguaje de De Cuenca se mueve en un nivel que está más cercano al lenguaje común, digamos que es un lenguaje cotidiano acomodado, y quizá sea esto lo que se espera de lo contemporáneo y yo no sea un lector contemporáneo sino alguien que se quedó atascado en su propio pasado. En “La malcasada”, quizá el poeta busque encontrar la poesía en la vida común, pero ya Sabines nos había dicho: “Cuando tengas ganas de morirte no alborotes tanto, muérete y ya” de tal manera que en nuestro tedio adolescente nos despertaba a la vida y no sabíamos ni por qué. Que si “Viajar a Marte o al cuarto de la plancha pero contigo” es poesía, no la encuentro. Tampoco aporta elementos nuevos a la tan cantada búsqueda de acompañamiento amoroso ni siquiera a las propuestas indecorosas, o quizá le compuso el poema a un equipo de telefonía celular, pero debería tener otro título. Es posible que De Cuenca use conscientemente las frases comunes y el lenguaje ordinario para crear un elemento poético, pero de la forma en que está construido me hace más bien pensar que plasmó lo que vemos para un público que no exige más de él.
Poesía contemporánea, no eres tú... Soy yo que quizá me voy convirtiendo en un viejo metido en un joven maduro, de esos que se resisten a lo nuevo. Te confieso, sin embargo, que en “Vademecum” de Raúl Vacas veo un excelente ejercicio de versificación y métrica, y mueve mi mundo de palabras y digo: bien, me ha ganado, ha usado un código diferente y creado musicalidad. Veo el vislumbre ingenioso.
También te he visto en los versos de Ben Clark y en los de Almudea Guzmán. Con los de Andrés Newman me esforcé de verás y no te hallé, y es que Goytisolo se me aparecía con las “Palabras para Julia”, que sin ser su mejor poema podría ser muy contemporáneo y arrasar.
Cuando me acerco a ti, poesía, "gata arisca que se me aleja y que me araña si la atrapo", espero que me lleves más allá del discurso cotidiano o que con lo ordinario me crees un universo extraordinario. Que tus poetas den un uso especial al lenguaje y que construyan con éste imágenes. Pero estamos en "un mundo raro" tan lleno de imágenes y es quizá por eso que tus poetas "contemporáneos" se sustraen y nadan en la superficie porque las aguas profundas ya fueron exploradas. Me arriesgo, y lo sabes, a ser linchado en las "redes sociales" por recitar el credo del joven Miguel de que “todo es confuso, menos tu vientre” y que el cuarto de la plancha sería el universo si estuvieras ahí, simple, sin motes ni agregados, sola tú: Poesía.
Ilustración: Cartel de Marabunta Colectivo Escénico, por Juan Ángel Esteban Cruz