Un faro en el mar de las letras
Por Roger Octavio Gómez Espinosa
En Viaje al centro de la fábula, Augusto Monterroso indica qué “Ningún autor serio cree en la crítica, a menos que esta sea elogiosa para él o contraria para sus colegas.” (159) La crítica va dirigida a un público lector, o debería, y no al autor, aunque sea el aludido. Para este pequeño ensayo dejaremos de lado al autor, en la isla de los emisores.
Eduardo Galeano cita en muchas ocasiones a Fernando Birri sobre una frase que le escuchó en una charla que ambos daban en la universidad de Cartagena de Indias, Colombia. Alguien del público preguntó: ¿para qué sirve la utopía? Birri planteó que la utopía jamás la podría alcanzar, puesto que estaba en el horizonte, si caminaba hacia ella esta se alejaba, “¿para qué sirve? Para eso, para caminar” (cito de la memoria). ¿Es posible que existan en el horizonte lectores y críticos ideales? Pienso que sí, utópicos, necesarios para que mi pequeño ensayo pueda avanzar por sobre los prejuicios y las muchas opiniones sobre la crítica literaria y la lectura.
En primer lugar, nuestro lector utópico será uno que busque más allá del mero entretenimiento o de la búsqueda de su uso educativo formal –aclaro que no estoy en contra de la función lúdica de la lectura ni de su escolarización¬–, tampoco uno que busque un uso específico a la lectura, es decir, requerimos un lector que supere lo meramente utilitario y vea lo que apunta Juan Domingo Argüelles (2003): el poder inmaterial de la literatura. Harold Bloom, en ¿Cómo leer y por qué? Nos habla también de ese lector que no trata de cambiar a su vecino por lo que lee, sino que busca una suerte iluminación interna, individual, no una ética de la lectura (17-27). Filipo La Porta (2018) parafrasea a Lévi-Strauss al referirse al mundo globalizado del cual, dice, ha desaparecido “la otredad”, pero, donde la experiencia sigue siendo individual; en opinión de este crítico, el acto de leer debe ir más allá del mero entretenimiento, es un acto trascendental relacionado con el entendimiento de la vida.
Para un lector así, un individuo que trasciende lo material en la lectura, necesitamos un crítico ¬–nuestro crítico– que adquiera una responsabilidad más que alta, ya no se trata sólo seleccionar textos y comentarlos, tampoco cabrían ya aquellas distinciones como la que da Ediciones El País, en “La lección”, entre la crítica erudita y la periodística. José Agustín Goytisolo compara al crítico literario con un catador, un experto que “distingue y explica al público las diferencias, las calidades y los sabores...” quien no es un homologador, cuantificador, ni un clasificador (105). Volviendo a La Porta (2018), indica que aspira una crítica que permita, por medio del entendimiento de la literatura, entender la vida, y agrega, en la lid de Goytisolo, que la función de la crítica “no es la de valorar, sino la de poner en claro.” Por mi parte, considero que la crítica a cualquier arte, cuando se realiza a contemporáneos es efímera, que no trascenderá puesto que en la prontitud de la ejecución no tiene oportunidad de distanciarse en el tiempo futuro, por lo que no sabrá, el crítico, lector ni autor, si la obra objeto trascenderá hasta convertirse en un clásico que sobreviva a su época y mucho menos si su opinión se sostendrá en la posteridad. Así es la vida, ¿no? Efímera. Sin embargo, buscamos que nuestras acciones trasciendan, aunque nunca lleguemos a saber cuánto, si mucho o poco, se debe siempre suponer que mucho o mejor hacer nada.
Cuando habla de la responsabilidad del artista, Andrei Tarkovsky menciona la libertad, “la libertad de ofrecerse en sacrificio, de darse a sí mismo a su época y a su sociedad” (208). Resulta que no podemos liberarnos de nuestro contexto, de nuestro tiempo, de nuestro Hoy. Este director agrega lo que antes defendíamos: “Nunca se debe plantear al arte tareas utilitaristas o pragmáticas”. De nuevo cito a quienes están contra el utilitarismo.
El crítico también sólo es libre en su interior, está sometido a su contexto social, cultural, a la vida cotidiana, a las necesidades, pero en su interior es libre de aspirar al ideal de sacrificio, el de decir su verdad, es un lector que trasmite su bagaje, compuesto de lecturas y conocimiento, con la habilidad suficiente para transmitirlo y tomar el fuego que dé a sus lectores una luz que los guie en los mares de las letras. Si usamos la analogía del faro, un crítico no puede, no debe, estar mal ubicado ni mal construido, su luz debe ser firme, estar en la orilla que le toque iluminar y emitir las señales que sus lectores necesiten para navegar con confianza. A un crítico así ya no es necesario plantearle dilemas éticos ni conflictos de intereses, los manejará de la mejor manera. Si su luz es deshonesta no es sino un impostor.
La crítica se debe al crítico, un héroe cultural que blande la única espada que debe blandir: la argumentación –Marie Arana, (cit. en Escandell pos. 1093) lo llama “guardián cultural”–, es a su vez tan profundamente humano que su máximo anhelo debería ser el de comunicar, entablar una conversación con un lector que será quien le brinde la autoridad y lo legitime con la suficiencia para hacerse llamar, Crítico. Su responsabilidad es para con su público, a quien presenta cada vez su texto más honesto. Recuerde que estamos hablando de utopías: del crítico como un lector que tiene un estandarte otorgado por otros lectores quienes, además, le exigen su opinión clarificadora sobre lecturas que ellos quizá visitarán, o no.
Bibliografía consultada:
Argüelles, Juan Domingo. ¿Qué leen los que no leen? El poder inmaterial de la literatura, la tradición literaria y el hábito de leer. México: Editorial Paidós Mexicana, 2003.
Bloom, Harold. Cómo leer y por qué. Barcelona: Editorial Anagrama, 2007.
Ediciones El País. “La lección”, en edición impresa El País, sábado, 26 de noviembre de 2011. Disponible en: http://elpais.com
Escandell Montiel, Daniel. No es WEB para críticas. El crítico cultural ante los medios digitales y la búsqueda de su espacio en la red. Material digital proporcionado para fines didácticos, Universidad de Salamanca, 2021.
Goytisolo, José Agustín. “Sobre el escritor, su obra, los lectores y la crítica literaria”, en Prólogos. Material proporcionado para fines didácticos por la UV Salamanca, 2021.
La porta, Filipo, “Conferencia: La crítica literaria como crítica de la vida.”, Coordinada y comentada por Christopher Domínguez Michel. Disponible en: https://youtu.be/9wHlf9OvIgo. Subida el 17 de mayo de 2018. Consultada el 24 de febrero de 2021 en el canal de El Colegio Nacional de México.
Monterroso, Augusto, Viaje al centro de la fábula. 1981. Consultado en Editor digital Titivilus el 24 de febrero de 2021 (disponible en: https://diariodelgallo.files.wordpress.com/2019/10/augusto-monterroso-viaje-al-centro-de-la-fabula-1.pdf).
Tarkovsky, Andrei. Esculpir en el tiempo. Reflexiones sobre el arte, la estética y la poética del cine. Trad. Enrique Banús Irusta. España: Ediciones Rialp, 1991.