Polvo del camino/ 168 De Sangre helada Héctor Cortés Mandujano Juan Ángel y yo publicamos un librito donde cada uno hizo su propio ejercicio. Yo escribí y Juan Ángel dibujó, pintó, diagramó, cortó y pegó… El monstruito se echó a andar y hubo que presentarlo a los demás. Lo hicimos. Luego de las breves presentaciones (que aquí resumo) leímos, acompañados por música de suspenso y con una falsa penumbra, cuatro de los diez textos que constituyen Sangre helada. Dijo Majo: “Son los monstruos, las hadas, los espectros y animales fantásticos, quienes desde pequeños nos ofrecen moralejas fantásticas, porque siempre resulta mejor vivir la fealdad desde lo fantástico en lugar de la realidad, resulta mejor narrar la idea de monstruos que roban niños y hacerles ser cuidadosos, antes que aprender en carne propia o en afectos cercanos, lo que es el verdadero terror”. Luego Majo leyó “El duende”. Tania tomó la palabra: “La ilustración hace más que adornar o decorar un texto; por etimología también lo hace brillar, lo alumbra, lo aclara para explicar mejor su contenido. Los textos, que no por breves son menos sustanciosos, tienen la habilidad de dejarnos pensar, de imaginar el antes y el después, el siempre, porque nos habla de seres eternales”. Leyó “El gato”. Juan Ángel también habló: “Sangre helada nació como un híbrido de dos ideas concretas: un libro de horas u horarium y la visión del imaginario local. Héctor logra, en un ejercicio de abstracción hasta casi al punto de ser minimalista, ir más allá de las leyendas trilladas. Todo el conjunto de palabras queda enmarcado entre flores y huesos, y acompañado por un gráfico alusivo”. Leyó después “Las lechuzas”. Yo leí “El árbol zopilote”. Éste, que te comparto lector, lectora, no lo leímos: El nagual Las niños que están naciendo, aun cuando no sepan cuál será su opción sexual en el futuro (mujeres u hombres, binarios o poliamorosos), no saben que los tienen dentro. Son los naguales y habitan los cuerpos de los seres humanos desde que nacen. No siempre ellos están en lo que la gente suele llamar, con supina imprecisión, el alma, el chulel, el espíritu, pues toman como nuestra la parte que más se les antoja. Así, hay manos cuyos naguales son tarántulas y pies de machos cabríos. Espaldas donde hay alas de gallina y pechos en los que medran asustadizas ranas. Movimientos donde habita la pantera y bocas donde vive un chacal. Vaginas con lenguas de sapo y penes donde circula sangre de aves de rapiña. Ojos de inocentes venados y corazones donde danzan las serpientes. [Sangre helada, con textos de Héctor Cortés Mandujano e ilustraciones de Juan Ángel Esteban Cruz se presentó en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en Telar Teatro, el viernes 24 de marzo de 2023, con la participación de María José García Cruz, Tania Corzo Hernández y los autores, con el apoyo de Carlos Ariosto y Alfredo Espinoza. Muchas gracias al público que nos acompañó y compró libros.]

*Sobre el autor:
Héctor Cortés Mandujano
Narrador, dramaturgo y periodista cultural
Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.
Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.
Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).
Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.
Correo electrónico: hectorcortesm@gmail.com