Voces ensortijadas 43
Las cajitas de madera
Por María Gabriela López Suárez
Violeta se dispuso a acomodar las cosas en el armario, lo tenía algo desordenado. Mientras comenzaba la labor puso algo de música para ambientar; halló prendas de ropa que ya no usaba, algunas que creía extraviadas como un par de sus bufandas favoritas. – Justo a tiempo, ahora que ya viene el invierno, encontré la bufanda de chiffon y la que me obsequió la tía Angélica. Siguió la labor de ir separando lo que obsequiaría, lo que usaría y lo que requería ser depurado. Abrió las gavetas, en algunos tenía cajitas, en ellas solía guardar lo que eran sus tesoros, aretes, collares, pulseras, tarjetas, cartas, notas, fotos y detalles pequeños. La caja que solía tener a mano era la de los aretes, collares y pulseras. Sin embargo, también tenía la que le había obsequiado su suegra, una cajita muy linda, con decorado sobre la tapa y pintada en tonos blanco, rosa y toques dorados. Como era casi una costumbre, se sentó a revisar el contenido y a leer los mensajes. Enseguida pasó a su caja favorita, la que era de su abuelita materna, bellamente tallada, barnizada en tono ébano con pequeños detalles en color mostaza. Ésa era como una caja mágica y se sentía muy contenta de conservarla. En ella su abuelita Chabelita solía guardar sus tesoros más preciados, desde cartas, fotos de sus familiares, recetas médicas, una que otra publicidad, hasta agujas, hilos y botones. La mente de Violeta se situó años atrás, en el cuarto de la abuelita, sentada junto a ella, viéndola con atención. Doña Chabelita ataviada con su vestido de manga tres cuartos, color blanco con flores rosas y detalles azules, portando sus gafas en tono plata, el cabello ondulado con la deadema café oscuro y las manos ocupadas abriendo su caja y sacando algunos objetos guardados. Era como un ritual, los sacaba para acomodarlos. Violeta observaba y a veces hacía una que otra pregunta, sin dejar de maravillarse ante la magia que, para ella, se producía en ese momento. De niña, se quedaba pensando, por qué su abuelita guardaba con tanto cuidado y amor esas cosas. Ahora lo comprendía. En las cajitas de madera se conservaban trocitos con la esencia de los instantes, las experiencias, los recuerdos de las personas amadas, era como una manera de atesorar parte de lo más preciado en la vida y traerlo al presente cada vez que el corazón lo necesitara. La melodía Amul interpretada en La voz de Snatam Kaur la hizo volver al presente, al tiempo que acariciaba con cariño la cajita de madera, recuerdo de la abuelita y ahora parte de sus tesoros.

Sobre la autora:
Maria Gabriela López Suárez
Doctora en Estudios Regionales por la Universidad Autónoma de Chiapas y Doctora en Dirección y Planificación del Turismo por la Universidad de Alicante. Docente investigadora en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH). Es integrante de la Red Internacional de Investigadores en Turismo, Desarrollo y Sustentabilidad (RITURDES), del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Colectivo Fotográfico Tragameluz y del Colectivo Reminiscencia, este último aborda el tema de los feminicidios. Desde 2008 colabora en diferentes medios en Chiapas. Fue corresponsal en Chiapas de la Agencia Informativa Conacyt. Actualmente es productora del programa radiofónico de la UNICH, Los Colores de la Voz; colabora también en la Red de Comunicadores Boca de Polen. A.C.