Voces ensortijadas 155. Entre cartones. María Gabriela López Suárez

Entre cartones

Por Maria Gabriela López Suárez
Juana se levantó más temprano que de costumbre, su hora de entrada a trabajar a la panadería era a las 8 de la mañana. Sin embargo, en la víspera del Día de Reyes ya debían estar a las 7,30 para preparar las roscas. Salió de su casa a las 6,30. Normalmente le tomaba alrededor de una hora para llegar caminando a su trabajo cuando iba a paso lento y unos 40 minutos a paso rápido. Ese día prefirió estar unos minutos antes y evitar llegar tarde.

Durante su recorrido pensó que las calles estarían silenciosas, con poca gente y coches. Por el contrario, el tráfico estaba fluido y ya había gente dirigiéndose a sus espacios laborales. Juana observó a personas adultas mayores que estaban acomodando sus vendimias de dulces tradicionales, otros más de tamales, atoles y champurrado. Se le antojó comprar un champurrado. Revisó su reloj, le daba tiempo.

Al detenerse para comprar, después de pedir y pagar su bebida,  esperó un momento.

—¿Ya para el trabajo chula? Es usted madrugadora. Permítame tantito, ahorita le doy su champurrado. Se esmera que no encuentro la tapita del vaso —comentó la vendedora.

—Hoy entro más temprano, ya ve que mañana es Día de Reyes, nos toca hacer roscas en la panadería donde trabajo. La espero, no se apure, tengo unos minutitos de tiempo. Se me antojó el champurrado —dijo Juana que respiraba profundo para no impacientarse.

—Aquí tiene, que lo disfrute. ¡Suerte con las roscas!

—Muchas gracias, que tenga buen día.

Retomó el camino rumbo a la panadería. Se percató que una persona estaba acostada a la entrada de una tienda abandonada, donde antes vendían ropa. La persona estaba sobre cartones y también se cubría con ellos, solo se veían sus pies. Juana pensó que ojalá no sintiera frío. Se dio cuenta que los demás transeúntes ni volteaban a ver siquiera hacia el lado donde estaba la persona. Un tanto triste siguió su ruta. Por fin llegó a su destino, 15 minutos antes.

La panadería aún estaba cerrada, había llegado antes que Ruth, la encargada de abrir. Se sentó en una gradita que había, buscó en su bolsa su botella con gel antibacterial. Después de aplicarse en las manos, se dispuso a tomar su champurrado. Se conservaba tibio. ¡Qué rico estaba! Se alegró de haber llegado antes y de llevar algo para tomar.
 
Siguió disfrutando su bebida. Comenzó a pensar que ojalá tuvieran buen pedido de roscas. La algarabía por el Día de Reyes no tardaría en empezar, no solo en la panadería sino en la calle, en las tiendas, en los mercados, en las plazas. No pudo evitar recordar a la persona entre cartones. Le dieron ganas de compartirle una rebanada de rosca y alguna bebida caliente. Seguro que le vendría bien. Se hizo el propósito de pasar por la misma ruta de regreso a casa, llevaría la rebanada preparada para dejarla con la persona y  si aún estaba algún puesto de comida le compraría una bebida. Sería como el regalo de Día de Reyes que ella podía compartir. En eso estaba que no se percató de la llegada de Ruth.

—¡Juanita siempre tan puntual!  Buenos días, ¿cómo estás? Vamos a iniciar para salir temprano.

—Buen día Ruth, bien, bien, aquí terminando mi champurrado para empezar con ánimo el día.

Ambas sonrieron mientras subían la cortina para abrir el local.
Photo by Taufiq Klinkenborg on Pexels.com

Sobre la autora:

Maria Gabriela López Suárez

Doctora en Estudios Regionales por la Universidad Autónoma de Chiapas y Doctora en Dirección y Planificación del Turismo por la Universidad de Alicante. Docente investigadora en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH). Es integrante  de la Red Internacional de Investigadores en Turismo, Desarrollo y Sustentabilidad (RITURDES), del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Colectivo Fotográfico Tragameluz y del Colectivo Reminiscencia, este último aborda el tema de los feminicidios. Desde 2008 colabora en diferentes medios en Chiapas. Fue corresponsal en Chiapas de la Agencia Informativa Conacyt. Actualmente es productora del programa radiofónico de la UNICH, Los Colores de la Voz; colabora también en la Red de Comunicadores Boca de Polen. A.C.

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