Polvo del camino/ 101
Apunte de oído, 6 Tres referencias librescas en "Invisible", de Aute Héctor Cortés Mandujano
Luis Eduardo Aute Gutiérrez (Manila, Filipinas, 1943-Madrid España, 2020) hablaba muchas lenguas y tuvo varios oficios artísticos: pintor (vivió como tal en París e hizo varias exposiciones; las portadas de algunos de sus discos son obras suyas), cineasta (estuvo detrás de cámaras, como codirector en largos y cortometrajes, y escribió guiones. Su película más conocida la hizo en 2001: Un perro llamado dolor), poeta (publicó La matemática del espejo, La liturgia del desorden, Templo de carne, entre otros), pero es conocido fundamentalmente como cantautor. Son suyos los éxitos: Rosas en el mar, La belleza, Sin tu latido, Pasaba por aquí, Al alba, De alguna manera, Siento que te estoy perdiendo… Sus canciones fueron y son grabadas por muchos intérpretes, y dejó para la posteridad muchísimos trabajos discográficos. La canción “Invisible” es parte del disco Aire/Invisible, de 1998, y en ella, como en muchas de sus composiciones, podemos notar las lecturas, el sólido conocimiento de Aute en materia de escritura y composición. La pieza tiene tres estrofas y un estribillo final que se repite. Dice: “Si yo tuviera el aro de Giges, y le pidiera desaparecer, sólo lo haría para camuflarme de algunos espías, que no quiero ver. Nunca sería para sorprenderte bebiendo de otras ambrosías. Me excita más la alevosía brutal de no verte, cuando no eres mía, cuando no eres mía. Ay, si pudiera ser, si pudiera ser invisible, invisible, invisible, amor, invisible.” El anillo de Giges hace referencia al mito que cuenta Platón, en La república (publicado en el año 370 a. C.). Giges era un pastor que encontró en un abismo (que se abrió frente a sus ojos por un terremoto) un caballo de bronce; dentro estaba un cuerpo muerto, que en uno de sus dedos tenía un anillo de oro. Giges lo tomó y se dio cuenta que cuando le daba vuelta se volvía invisible. Con ese poder se hizo soberano del reino de Lidia: sedujo a la reina y con ayuda de ésta mató al rey. “Si me tomara la mezcla de Griffin, y me esfumara para no volver, sólo lo haría para liberarme de mi biografía, sin dejar de ser. E intentaría que mi transparencia fundiese con tu anatomía. Y ya entrados en herejías, tu concupiscencia me reencarnaría, me reencarnaría. Ay, si pudiera ser, si pudiera ser invisible, invisible, invisible, amor, invisible.” Griffin es el protagonista de la novela El hombre invisible, publicada en 1897 y escrita por H. G. Wells. Griffin es un científico que inventa una fórmula que primero aplica a un gato y luego a él mismo para hacerse invisible. Ese poder lo vuelve asesino y loco. “Si fuera el gato burlón de Cheshire, haría un trato con mi creador: No sonreiría jamás si consigue que Alicia sonría entre tanto horror. Entregaría al rey mi cabeza, incluso mi cuerpo invisible, si a cambio no fuera posible jamás tu tristeza, tu melancolía, tu melancolía. Ay, si pudiera ser, si pudiera ser invisible, invisible, invisible, amor, invisible.” El gato de Cheshire es uno de los tantos personajes estrambóticos que Alicia en el país de las maravillas, célebre novela de Lewis Carroll, publicada en 1865, se encuentra en su loco viaje. El país tiene un rey y una famosa reina roja que a cada momento ordena: “¡Que le corten la cabeza!”. El gato de Cheshire desaparece paulatinamente. En su imagen más icónica, sólo se ve su risa colgada en el aire. Luego, nada. Contactos: hectorcortesm@gmail.com.

*Sobre el autor:
Héctor Cortés Mandujano
Narrador, dramaturgo y periodista cultural
Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.
Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.
Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).
Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.
Correo electrónico: hectorcortesm@gmail.com