Voces ensortijadas 95. El álbum de las memorias. María Gabriela López Suárez

Voces ensortijadas 95

El álbum de las memorias

Por María Gabriela López Suárez

Ingrid fijó su mirada en la taza humeante de té de menta que se había preparado. Sus gafas se empañaron rápidamente al darle el primer sorbo. Apartó su mirada de la computadora, luego decidió guardar el archivo en el que trabajaba y la apagó. Observó sus manos, las señales del tiempo se reflejaban en ellas, el color de su piel había cambiado, tenía decoraciones de colores,  como ella llamara de niña a las pecas.

Siguió con la mirada fija en las manos, las fue recorriendo palmo a palmo, de manera minuciosa, cada uno de sus dedos, cómplices aliados en el tecleado de tantos golpes en la máquina de escribir, luego en la computadora… sus eternos compañeros en las labores de la jardinería, en la mezcla de ingredientes para la cocina y en el intento del trabajo con el barro, actividad que realizó en alguna ocasión con sus colegas.

Se detuvo en el callo del dedo anular de su mano izquierda, recordó que era el resultado de empuñar con fuerza el lápiz en su infancia, había olvidado que le gustaba escribir de manera fuerte y que sus letras se vieran claras, haciendo que el tono de su lápiz o lapicero se remarcara.

Siguió el repaso de las historias y encontró la pequeña cicatriz en su dedo pulgar de la mano derecha, señal que le quedó cuando se prensara rápidamente al cerrar una ventana, en ese afán de querer contestar de manera pronta una llamada telefónica.

Le tocó el paso a las palmas de las manos, cuántas veces había intentado descifrar sus significados. Ellas que se habían encargado de estrechar saludos, acariciar hojas, árboles, rocas, montañas. Sus palmas también habían sido el sostén no solo de objetos sino de ilusiones, contenedoras de sus lágrimas de alegría y tristeza,  generadoras de energía en los días invernales y sin duda alguna, sus más grandes apoyos para agradecer la vida.

Bebió el último sorbo de su té. El teléfono sonó. Ingrid volvió su mirada para saber quién llamaba. Era Isabel su nieta.

—Isa, ¿cómo estás hija?

—¡Hola abue! ¿Qué haces?

Ingrid sonrió al tiempo que decía: Repasando el álbum de las memorias. 
 
 
 

Photo by Vinu00edcius Vieira ft on Pexels.com

Sobre la autora:

Maria Gabriela López Suárez

Doctora en Estudios Regionales por la Universidad Autónoma de Chiapas y Doctora en Dirección y Planificación del Turismo por la Universidad de Alicante. Docente investigadora en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH). Es integrante  de la Red Internacional de Investigadores en Turismo, Desarrollo y Sustentabilidad (RITURDES), del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Colectivo Fotográfico Tragameluz y del Colectivo Reminiscencia, este último aborda el tema de los feminicidios. Desde 2008 colabora en diferentes medios en Chiapas. Fue corresponsal en Chiapas de la Agencia Informativa Conacyt. Actualmente es productora del programa radiofónico de la UNICH, Los Colores de la Voz; colabora también en la Red de Comunicadores Boca de Polen. A.C.

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