Polvo del camino. 26. La ética de los asesinos. Héctor Cortés Mandujano

Polvo del camino/ 26

La ética de los asesinos

Héctor Cortés Mandujano

 

La primera película que vi del director inglés Ben Wheatley (1972) fue El rascacielos (High-Rise, 2015), con el popular Tom Hiddleston –Loki, malvado hermano de Thor, en las películas de superhéroes– a la cabeza del reparto.
            Me llamó la atención la certeza, el firme trazo del director detrás del entramado de este rascacielos como metáfora de las clases sociales. Supe que tenía varias películas más y me lancé a verlas. 
            Sightseers (Turistas, 2012) supuso una sorpresa para mí, porque fue cuando comencé a disfrutar su estilo. Vaya que lo tiene: inicia de la cotidianidad más superflua hasta llegar a la hondura de, en su mayor parte, el corazón lóbrego de los asesinos en el que este director parece especializarse. Uno ve una peli que parece muy simple, cuando de pronto nos mete al remolino de lo siniestro, lo sanguinario, lo cruel. Esta cinta fue escrita por los propios protagonistas y no sólo vale la pena por todos los minutos en que nos tienen alucinados, sino también por el final que, en segundos, nos da un bofetón en la cara.
            Free Fire (Fuego cruzado, 2016) lo puso en las grandes ligas, pero le quitó bastante de su alma independiente. Es su película a lo Tarantino (los dos son muy buenos en la violencia gráfica, no exenta de humor negro), con Scorsese en la producción y un reparto multiestelar. Es la que menos me gusta.
            Down Terrace (La mafia, 2009) fue su debut en largometraje y es una cinta tremenda, genial. En una de las escenas, un verdugo es citado a un hogar donde padre e hijo son delincuentes, para que torture (le quite una oreja) a un hombre que suponen traidor. Llega el verdugo, pero con su hijo de tres años en brazos, a quien no pudo encargar con nadie. Ni siquiera lleva cuchillos y la madre es quien ofrece a su elección, de su cocina, el que guste. Humor de la más concentrada negrura. La madre tiene otra gran escena: uno de los matones, luego de comer algo que ella le preparó, muestra signos de alarma y le dice: “Me va a dar una embolia, Maggie, llama a una ambulancia”, y ella le contesta, con un gesto de hastío, de aburrimiento: “Te envenené, Eric”. 
            Vi también A Field in England (2013), en blanco y negro, extraña, violenta, genial, pero a la que quiero referirme es a Kill List (creo que por obviedad no le pusieron título en español, 2011), porque en ella hay también asesinos. Cuando los dos sicarios protagonistas cumplen sus encargos, uno de ellos nota que la víctima de la lista tiene abierta una página en su computadora y que algo veía. El asesino se enfurece por lo que ve y le pregunta sobre quién es el que hace eso. El otro se lo dice, antes de ser ultimado. Y el asesino se siente con la obligación moral de matar a quien es responsable de lo que ha visto en pantalla. Es un criminal a sueldo, pero el siguiente asesinato lo hará gratis, por su cuenta, por ética. Y eso hará que su destino se tuerza. 
            Hay que ver a Wheatley.
***
 
Dos queridos amigos me han dado sorpresas agradables en estos días: 
          1). Mónica Alejandra Robles Corzo (Mona Robot, como ha decidido llamarse artísticamente), a quien conozco y admiro desde que ella era adolescente, está a punto de estrenar la serie Onyx Equinox, que se transmitirá por la plataforma Crunchy Roll, especializada en anime. Moni hizo en Onyx el arte conceptual, el desarrollo visual y la investigación (la serie está ubicada en la mesoamericana precolombina y las letras de las canciones, en maya); 
          2). Roger Octavio Gómez Espinosa ha sido invitado oficialmente a presentar la ponencia La flama y la cicuta, en el IV Congreso Internacional Autores en busca de Autor, a celebrarse los próximos 17 y 18 de septiembre de 2020 (él estará el 17, a las 16:45), en el salón de actos de la Facultad de Filología, de la Universidad Complutense de Madrid. Su charla girará en torno a tres libros: Los viajeros al otro mundo, de Domingo de la Torre y Anselmo Pérez; Los últimos dioses, de Marceal Méndez, y a su propia novela: La lluvia en las hojas del platanar.
            Lo que más me gusta es que estos dos jóvenes, talentosos e inteligentes amigos míos han conseguido esto sin cobijarse en ninguna institución, sin que los proponga ninguna instancia gubernamental o universitaria, sino desde la independencia. Qué maravilla. ¡Felicidades! Como dicen en Villaflores: Nadita somos ve.

            Contactos: hectorcortesm@gmail.com
Ilustración: H. C. M.

*Sobre el autor:

Héctor Cortés Mandujano

Narrador, dramaturgo y periodista cultural

Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.

Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.

Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).

Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.

Correo electrónico: hectorcortesm@gmail.com

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