Líneas de desnudo. 134. Los días contados. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 134

Los días contados
Por Manuel Pérez-Petit

Cerrando círculos II

Pudiera decirse que carne de cañón camino de la muerte soy una herida que camina por la calle. Lo he sido siempre, aunque nunca falta quien de repente descubre el hilo negro de mi ser y se escuda en ello para establecer alguna teoría que le dé la razón, como si la razón fuera tan necesaria, y con el decreto inexorable de esa razón establecerse como juez de mi propia vida, de manera independiente a su papel real en ella, y sin concederme la palabra. Soy una persona herida, es cierto, pero, ¿quién puede no serlo en un mundo como el que vivimos? Eso sí, yo no vivo lamiéndome la herida, pues vivo en las antípodas de la autocomplacencia y siempre me cuestiono.  
            Desde una visión simple, se puede interpretar que mis heridas me impiden verme y apreciar que soy una persona valiosa, pero que no estoy seguro de serlo, que no tengo seguridad en mí mismo, que necesito que alguien me lo diga... Desde una visión aún más simple, se puede interpretar que por ser una persona herida debo atacar y herir como una fiera asustada por los golpes de la vida, tan vulnerable como la teoría dice que debo ser, tan reactivo a todo en consecuencia, que debo ser tratado por especialistas, que no soy una persona equilibrada..., y, sin embargo, soy un símbolo de contradicción, arquetipo de mi cobardía, en la que por darme me olvido de mí mismo. Si es que hubiera que señalar a un culpable, nadie tiene la culpa, solo yo, pues nadie puede escudarse en nada para justificar su despropósito.
En todo esto en cierto modo hablo de mí pero pudiera hablar de cualquiera, por eso lo que hago no es vedetismo sino literatura, incluso aunque una gran parte de las personas por mucho que lo miren no puedan verlo. 
Ando impresionado por las reacciones recibidas a mi Cerrando círculos de hace unos días, con el que he destapado por fin ese depósito que amenazaba con implosionarme, esa infertilidad práctica que no intelectiva o creativa que me estaba matando precisamente por no salir nunca de la placenta, esa ebullición que me estaba reventando la cabeza.
Debería estar acostumbrado, pues siempre he gozado de no poca generosidad por parte de los lectores –no puedo decir “mis” lectores porque eso me resulta demasiado pretencioso, pero haberlos haylos–, y siempre me he sentido y me siento agradecido, responsabilizado y comprometido. Sin embargo, este último artículo ha tenido más respuesta de lo habitual. La mayor parte de los comentarios se han referido a que afirmo tener los días contados, y la verdad es que todos los tenemos, y aunque la muerte nunca corre prisa lo cierto es que cuando un doctor te dice que te quedan cinco o seis años de vida aun siendo eso relativo por el carácter deductivo y no exacto de la medicina hay que tomarlo en serio. Y con más motivo si le quedan a uno tantas cosas por hacer. Por esta razón ando cerrando círculos y asumiendo, que ya es hora, de una vez, mi propia misión de vida.
   
El sendero
Fotografía: ©Mayté Flores Ayala Mancera.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

2 comentarios sobre “Líneas de desnudo. 134. Los días contados. Manuel Pérez-Petit

  1. Cerrar ciclos es necesario para todos. Este artículo que escribes es parte de la vida y será parte de un libro que sigues escribiendo porque ese es tu destino. Eres escritor.

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