Polvo del camino. 156. Música para doce meses. Héctor Cortés Mandujano

Música para doce meses

Héctor Cortés Mandujano

«.

Spotify dice que he sido un gran explorador de música en 2022, porque he visitado muchos géneros. Me mandó un video muy bien armado sobre mis preferencias musicales y una lista de los cien números que más oí. De esa lista tomo doce para compartir contigo lector, lectora. Tal vez te interese escuchar alguno, si no lo has hecho.
          1. “La oración del remanso”, interpretada por Liliana Herrero (en su álbum Confesión del viento, 2003). Aunque la canción es de Jorge Fandermole y también él la canta, el algoritmo dice que yo la oí 16 veces (es la que más oí) en la voz de Liliana. Ella es una cantante argentina, cuya voz me encanta. La canción, publicada por su autor en 2018, en el álbum Navega, es sobre pescadores. Dice en un cuarteto: “Tengo el color del río y su misma voz en mi canto sigo: el agua mansa y su suave danza en el corazón. Pero a veces oscura va turbulenta en la ciega hondura y se hace brillo en este cuchillo de pescador”.
          2. “Tocarte” es una afortunada colaboración entre Jorge Drexler y C. Tangana (del álbum Tinta y tiempo, 2022, de Drexler) y es una canción, muy bien producida y ejecutada (los dos son músicos fenomenales), sobre el riesgo que significa o significaba abrazar y besar a nuestra pareja en los tiempos del Covid. Me enamoró desde la primera vez. Dice un fragmento: “Quiero que el barrio entero sepa de nuestra obsesión, y presumir de ti besándonos en el balcón. Idolatrarte hasta que te hartes. Y entrar contigo en brazos en la suite del Sheraton”.
          3. “Que ya viví, que te vas”, en la versión de Carlos Díaz “Caíto”. La canción es de Silvio Rodríguez (en Rabo de nube, 1980), pero Caíto hizo una versión en 1998 (en su álbum Canciones de amor y rosas) que me gusta mucho. Es sobre el amor fugaz, aunque su letra hace de ello un retrato más o menos sutil. Dice: “Creo que la luna ya es muy alta y en la caricia falta un viaje a la humedad. Creo que de noche me despierto con frío, al descubierto, tanteando oscuridad. […] Que te perdí, que ya no estás. Que ya viví, que te vas”.
           4. “Eco”, de El David Aguilar (de su álbum Siguiente, 2017). Me gustan las canciones de este joven cantautor mexicano. Aparecen varias suyas en mi lista. Escogí “Eco”, porque se amalgaman con fortuna melodía y voz, y con creatividad resuelve el lío de hacer lógicas las palabras con su eco. Dice el estribillo: “Una mariposa posa sobre tu cabello bello, porque tu tardanza danza hace la atadura dura, mientras yo a Cupido pido que entre mis compases pases a dejar de hacer en este hueco, eco”. 
           5. “Como la cigarra”, en la versión de Nación Ekeko (Diego Pérez) y Mercedes Sosa. Es una vieja canción escrita en 1972 por la poeta y compositora argentina María Elena Wash. Dice en su clásico arranque: “Cuántas veces me mataron, cuántas veces me morí, a mi propio entierro fui sola y llorando. Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal, porque me mató tan mal que seguí cantando”. Nación Ekeko (en el álbum Qomindad, 2021), un músico que fusiona sones tradicionales con música electrónica, tomó la versión de Mercedes Sosa (ella ya había muerto) para actualizar esta belleza. El resultado me dejó muy complacido.
          6. “Como Madame Bovary”, de la compositora e intérprete Liliana Felipe (de su álbum Trucho, 2005) tiene dos filos. El primero es personal: “Como Madame Bovary, todos tenemos un amante por ahí. Como Madame Buterfly, todos tenemos un suicidio en stand by. […] esta ostentación grandilocuente, napoleónica y mayúscula, no exige responsables y pagamos, y pagamos, y pagamos”. El segundo tiene que ver con los países: “Como Madame Bovary, todos tenemos deudas con el FMI. Como Madame Buterfly, te jode un gringo y no te dice ni goodbye. […] Esta desmesura prepotente, monolítica y nefasta, no merece comentarios, pero el precio que pagamos es tan alto que la deuda, esa no nos la acabamos, y pagamos, y pagamos, y pagamos”. 
           7. “Blue Monk”, de Thelonius Monk (1917-1982). Fue de los fundadores del bebop (improvisación de giros rápidos) en el jazz y su manera autodidacta de tocar el piano era muy original en esos tiempos, pues incluso dejaba de tocarlo y se levantaba a bailar. Su vestuario ecléctico era también otra de sus características. Aunque nunca se ha precisado su posible enfermedad mental, fue paulatinamente desconectándose de la realidad. “Blue Monk” (escrita en si bemol, como muchas de Thelonius, grabada por primera vez en 1954) es una de las piezas que no me canso de escuchar.
          8. “Margarita”, de Juan Uría y Olga Román, interpretada por Olga Román y Joaquín Sabina (del álbum de Olga Seguir caminando, 2011), es una canción de ritmo pegajoso, con sabor a vieja fábula, sobre una muchacha que luego de varias peripecias encuentra el amor.  Olga ha sido durante muchos años corista de Joaquín. Dice la letra: “Margarita fue tirando sus orgullitos al cesto, sus duditas al desagüe, sus miedos por el balcón. Mira tú, qué cosa grande, que después de tantos años, tan durita como era, se hizo blando el corazón”.
           9. “Boricua en la luna” es un texto del poeta, escritor y periodista puertorriqueño Juan Antonio Corretjer (1908-1985), musicalizado e interpretado por Roy Brown (en su álbum Árboles, 1987). Este poema, esta canción resume este sinfín de historias sobre la pertenencia, sobre el amor a la patria. El hombre del poema canción nació en Nueva York, pero ama a su borinquen, que es como los nativos llamaban a la isla antes y después de que la rebautizaran. Me impresiona su final: “Dicen que la luna es una, sea del mar o sea montuna, y así le grito al villano: ¡Yo sería borincano, aunque naciera en la luna!”.
            10. “Milonga del trovador”, escrita por Horacio Ferrer, con música de Astor Piazzola, con base en la vida de Jairo, su intérprete (en el álbum a la que la canción da título, 1980). Jairo es extraordinario y tiene un gran repertorio. En esta milonga dice: “Mi casa es donde canto, porque aprendí a escuchar la voz de Dios que afina en cualquier lugar: ecos que hay en las plazas y en las cocinas, al borde de una cuna y atrás del mar”.
           11. “Ámame como si fuera nueva”, de la compositora cubana Miriam Ramos, interpretada por Guadalupe Pineda en su primer disco como solista, en 1981, luego de haber pertenecido al mítico grupo Sanampay. La Pineda tiene aquí una voz dulce, transparente. La canción era para sus tiempos muy directa: “Ámame como si fuera nueva, viájame despacio por las venas… […] Súrcame de besos desmedidos, líbrame de engaños y de olvidos; mírame de frente y desarmado, créeme si digo que te amo”. 
          12. La consagración de la primavera, de Igor Stravinzky (1882-1971), se estrenó como ballet en París en 1913, pero la música es tan poderosa que hizo su propia senda. Spotify dice que oí más la parte dos (“El sacrificio”), aunque la oigo completa cada vez que quiero y puedo. Hubo y hay música sinfónica medieval y barroca, existe el periodo clásico y el romanticismo. Gustavo Mahler fue, se dice, el primer músico moderno. Dentro de la modernidad, Stravinzky rompió con todo lo hecho antes e instauró una forma de hacer una partitura donde cabe lo que sea. Qué maravilla es La consagración…, qué sorpresiva, qué modo de sembrar, de renacer, de torcerle el cuello al cisne.

Contactos: hectorcortesm@gmail.com.       

Fotografía: Anny Palacios Urbina




*Sobre el autor:

Héctor Cortés Mandujano

Narrador, dramaturgo y periodista cultural

Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.

Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.

Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).

Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.

Correo electrónico: hectorcortesm@gmail.com

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