Memoria de chica
Por Ilse Ibarra Baumann
Una de mis amigas virtuales, a quien leo porque también le gusta la literatura, hizo un comentario corto sobre Annie Ernaux. Algo así como “hay que leerla”. Yo desconocía que ganó el Noble de literatura en el 2022, sin embargo anoté su nombre en mis notas del iPhone y al poco tiempo compré dos de sus obras en una librería. Ya saben, cuando uno ve un racimo de libros del mismo autor, se pone a leer la contraportada para ver cuál le convence (debería leer primero el que se considera el mejor). Seguro que por ser mujer y por la nostalgia del pasado tomé este que ven aquí. La obra de Ernaux es autobiográfica (supongo que todas lo son de alguna manera), y porque soy chismosa, y porque tiene el atrevimiento de exhibirse, para mí ya tiene palomita. La técnica de esta novela me gustó, habla en primera persona (un poco) y recalca el: Yo. Casi toda está escrita en tercera persona del singular: “Ella”. Al escribir esta novela Ernaux ronda los setenta años, al rememorar su pasado, con el tiempo tan lejano (diacrónico), ya no se siente Yo (la vieja) y la aparta para ser Ella, la lejana (la joven). A ratos la narrativa resulta rebuscada. Como perdida en laberintos existencialistas. “A aquella chica del invierno de 1959, la veo en una afirmación orgullosa de la voluntad, empeñada en perseguir fines que le van hundiendo poco a poco en la desgracia. Una especie de voluntad desdichada”. De hecho siente una influencia (a sus 19 años) por la obra de Sartre. Esta inspiración la lleva a tener arranques que quizás no hubiera tenido si no lo lee a temprana edad. “He empezado a hacer de mí un ser literario, alguien que vive las cosas como si un día debieran escribirse.”

Sobre la autora:
Ilse Ibarra Baumann. Es Licenciada en Lengua y Literatura Hispanoamericanas por la Universidad Autónoma de Chiapas, México. En 2021 obtuvo un Máster en Creatividad Literaria en Español por la Universidad de Salamanca, España.