Polvo del camino. 79. Luz. Héctor Cortés Mandujano

Polvo del camino/ 79

Luz
(Fragmento inédito de mi novela Tamma)

Héctor Cortés Mandujano

Mientras tenéis luz, creed en la luz, para ser hijos de la luz

San Juan, XII, 36, citado por Tostói, en sus Aforismos

“Dar a luz” dicen cuando una mujer pare a un niño. “Alumbrar” le dicen al acto de permitir que algo nazca. ¿Toma la luz el recién nacido de la madre, lo recibe del mundo al que sale? La luz está en todas partes, todo es luz o todo puede serlo. 
        Parir es luz, nacer es luz, y los seres nacemos en el tiempo, que es “el oro de la vida”, y en el tiempo iluminado, del nacimiento a la “muerte”, recorremos nuestro existir: un día es el inicial y en el otro se termina, se supone, nuestra estancia en el mundo. Se apaga la luz. 
	Y el nacimiento y la muerte son los dos polos en la existencia del árbol, del animal, de la roca, del río… Pero hay otra existencia: lo que pensamos, lo que soñamos existe, se vuelve algo que cambia: la palabra “sol” se puede volver “soledad”, “soldado”, “solsticio”, y si sueño con un mar de ángeles, ese mar puede volverse una pintura, una canción, una novela: se ilumina.
	Pensé en el rostro de una pantera blanca. Y ya vive.  Y si planto la idea en otros seres, la pantera blanca existirá no sólo para mí.
	Nada muere. No sé quién fue un antepasado mío. Si investigo y descubro que se llamaba Pedro o Marte su existencia comienza a iluminarse, a llenarse de luz: se enamoró de una muchacha morena y se casó con ella; cuando él murió, ya sus hijos eran hombres de bien: uno fue relojero, otro campesino, otro… Ese hombre desconocido no ha muerto, porque después de muchos encuentros entre gente desconocida (para mí) nacieron los que serían mis conocidos abuelos, mis amados padres y finalmente yo, de quien nacerán interminablemente varias palabras, muchas cosas nuevas, quizás hijos que luego se multiplicarán por muchos años en los que, si me recuerdan y aunque no, seguiré viva. Seré una de las luces que podrá buscar en su interior cualquiera de mis descendientes.
	La vida es luz y los muertos son luz, porque no mueren: forman parte de nuevas vidas.
	El pájaro que canta en la rama, fuera de la ventana de mi casa, es la más reciente nidada que viene desde hace años aquí, desde hace mucho tiempo, y en su canto está el canto de muchos otros que se supone están muertos; están vivos en esas plumas brillantes, en esa canción eterna que oyeron otros oídos antes que los míos y que forman parte de mí.
	Nuestra vida transcurre en el tiempo y nadie es uno solo, sino la acumulación de distintas vidas que nos pueden dar luz, si queremos. Un hecho terrible puede poner oscuridad en nuestro corazón o luz, depende de lo que queramos. Lo que está dentro de mí puede ser amor u odio, depende de mí.
	Mi madre me abandonó para seguir a Seft, lo que podría haber sido oscuridad para mí; pero eso me hizo llegar hasta el castillo negro, hizo que me convirtieran en ratona y eso me hizo ayudar a muchas mujeres. El abandono de mi madre no fue, entonces, oscuridad, sino luz. No fue abandono, sino oportunidad. No lloro por eso, me alegro…
	Si aprendo que la luz que está en todo es también mía, me ilumino e ilumino más: el pájaro canta y soy parte de su canto al oírlo, el río queda en mí cuando me baño en él, el viento es mío, soy la noche, soy todos los hombres y todas las mujeres y todos los niños y soy una anciana y un recién nacido porque formo parte de la vida, soy la vida, y ésta se desarrolla hoy, en este día, en este instante, en este cuerpo que es una concentración de tiempos, luces, vidas. Soy del tiempo y nací en la luz: el tiempo es luz, soy luz, la luz.



Contactos: hectorcortesm@gmail.com

Ilustración Alejandro Nudding




*Sobre el autor:

Héctor Cortés Mandujano

Narrador, dramaturgo y periodista cultural

Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.

Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.

Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).

Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.

Correo electrónico: hectorcortesm@gmail.com

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