Nota rimada. 26. Las que calan de a deveras… las calaveras/5. Maclovio Fernández

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Bienvenidas las Calaveras de Maclovio Fernández

Por Maclovio Fernández
La despedida
Cuando me toqué el aciago día,
aquí me atrevo a solicitar
que si algo me han de tocar
me cambien la melodía.

Lo pido en serio y en broma,
ya que la muerte es ladina,
que en vez de Las Golondrinas
me tocaran La Paloma.

El consuelo al que me aferro,
es que aún en acto postrero,
si en mi esperanza no yerro,
llenaré un buen agujero.


Presidente Obama

Del país más aguerrido
la real academia sueca
decidió irse por la chueca
para el de paz, elegido.

Entre ruidos de metralla,
cohetes, cañones y balas
la noticia es de las malas:
pues no es fallo, sino falla.

El negro, bailando rumba,
fue cogido por la muerte
quien le asignó como suerte
que hoy tenga paz… en su tumba.


Los idos de antaño
(Miguel González Alonso)

Por una cruel paradoja
se dio a Miguel sepultura,
por usar expresión dura
empleando una lengua floja.

En su familia hay congoja,
llanto, lamento y desmayo
ya no habrá quien cobre el”chayo”,
pero sí quien lo recoja.

Mas no todo es perdición
si a dentadura pelada
y palabra descarnada
podrá hablar en el panteón.


El Peje: Descanso
a discreción

“Porque está que te vas y te vas…”

Aunque les peje y les punge
aún no está fuera del mundo
y es su mensaje rotundo:
la que está, no finje… ¡Funge!

Aunque no ha dicho palabra
acusan que su opinión
es la verdad, de cajón
por obra de abracadabra.

Un escenario o retablo
lo tacha de arte siniestra
lo que dicen que demuestra
tiene pacto con el diablo.

Pende sobre su cabeza
de Damocles gran espada
aún teniendo la certeza
de que ya está en La Chingada.

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Nota rimada. 25. Las que calan de a deveras… las calaveras/4. Maclovio Fernández

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Bienvenidas las Calaveras de Maclovio Fernández

Por Maclovio Fernández
Cleopátrico y
desmarcado
A Marco Antonio

Fue de copioso discurso
conocido por salido
que como río crecido
desbordado fue de curso.

Famoso por su facundia
a la muerte fue burlando
y ella al irse encabronando
lo persiguió con enjundia.

Hay en marco testimonio,
de que a hablar nadie le gana
y repican las campanas
en apoyo a Marco Antonio.

Un murmullo soterrado
se escucha, sin sofocar
su eterno platicar
ni porque está sepultado.


“El poeta de lo breve”
A Gil Zepeda

Ducho en el verso conciso
del poema hizo la finta
con la locución sucinta
y el enunciado preciso.

Sobrio y parco, evitó el uso
del circunloquio confuso,
y fue su escueto mensaje:
”el haikú es largometraje”.

Afecto a la sobriedad
su cajón fue a la medida:
pues pidió en despedida
¡de zapatos, la mitad!


De otros años
A Dolores Montoya

Con su ingenioso alburear
nos regaló año con año
y agigantó su tamaño
al poner a dialogar
vampiros de otro lugar
con nuestra sin par Llorona,
que si espantando es cabrona,
si me dieran a escoger,
yo, por la Mala-mujer
ofrendo cetro y corona.

Se murió Lola Montoya
y todos sus esperpentos
le hicieron un monumento,
cual gigantesca secuoya,
para celebrar su cholla
que dio comida y trabajo
a cualesquier espantajo,
que si en vida ella invocó,
ahora que se petateó…
¡el panteón es un relajo!


A todos

De todos, el más humilde,
este versificador
quiere tener el honor
de ponerles una tilde.

La muerte tiene un rasero
que es de justicia reflejo
y a todos trata parejo
haciéndoles su agujero.

Su mensaje está completo,
pues se ve en radiografía
su cartel de profecía
de muerte, en cada esqueleto.

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Nota rimada. 24. Las que calan de a deveras… las calaveras/3. Maclovio Fernández

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Bienvenidas las Calaveras de Maclovio Fernández

Por Maclovio Fernández
La Llupita
 A Guadalupe Moreno Corzo

Fue de cuna numerosa,
de vida muy compartida
siempre ha sido generosa
y muy justa en su medida.

Un chisme muy difundido
de mala intención reflejo
dice que aunque nació lejos
en ningún lado ha crecido.

En su vida se destaca
de rebelde y descontenta
y se la llevó la Flaca
sin perdonarle la afrenta.

Ahora está en el panteón
discutiendo con la Seca
¿por qué es chico su cajón?
y queda gran parte hueca.


El alcoholímetro andante
A Carlos Hiram Culebro Sosa

Es valiente a no dudar,
aún culebro de apellido,
pues en su afán desmedido
los vicios quiere evitar.

Quienes leen su articulado,
Invectivas y alegatos,
me parece se hacen patos
y fácil lo hacen a un lado.

Pero él es un convencido.
Su prédica es concluyente
la droga mata a la gente
y el que toma está jodido.

Resulta así que su suerte,
y destino están sellados
al haberse declarado
enemigo de la Muerte.


La Catrina versus Geña
A Eugenia Carballo

No pensó encontrar rival
la muy famosa Catrina,
de corage está que trina:
¡halló su tal para cual!

Y falló en su pretención
de llevarla al otro mundo
pues fue un fracaso rotundo
cargarla rumbo al panteón.

El pleito fue colosal
agarradas de la greña
entre la Calaca y Geña
está en suspenso el final.

Sigue en veremos la suerte
y apuestas hay a montón:
Si será Geña o la Muerte
la que acabe en el panteón.


El cómplice de la parca
A Elías Díaz Nieto (el Diablo)

Como al famoso flautista
seguido de enajenados,
sus adeptos, engañados,
le van siguiendo la pista.

Al Sumidero Cañón
van pisándole la cola,
donde, ya ahogados en bola,
los remitirá al panteón.

Su comadre, satisfecha,
(la Tilica, por supuesto)
le ha pedido deje el resto
para la siguiente fecha.

Esta historia sin final
del malvado Satanás,
lleva siempre por detrás
un epílogo infernal…

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Nota rimada. 23. Las que calan de a deveras… las calaveras/2. Maclovio Fernández

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Bienvenidas las Calaveras de Maclovio Fernández

Por Maclovio Fernández
El pescador furtivo
A Jorge Luis Zuart Macías

Gran jugador de ajedrez
de prosapia conocida
y esperanza no perdida
repite y juega otra vez.

Va y viene de la frailesca
la tierra de sus amores
esperando que florezca
para aspirar sus olores.

Por barbas tiene experiencia
en asuntos de la vida
combinando vino y ciencia
en su prédica sabida.

Aunque a la vida se aferra
la Parca ha subido el tono
pues lo quiere como abono
bajo el suelo de su tierra.


Calavera a la mera mera
A Martha de Coss Flores

Marthita no quiere atrás
quedarse, de novelistas
escritores y cuentistas
de la Rial, ¡faltaba más!

Y se impuso como reto
decir lo que de su historia
guarda fiel en su memoria
sin admitir ningún veto.

Nos cuenta, de antepasados,
hechos reales ya difusos
para recordar los usos
que fueron acostumbrados.

Tendrá brusca interrupción
sin darle réplica alguna:
La Muerte, mala-fortuna,
se la llevará al panteón.


El cuentero mayor
A Enrique Orozco González

No comió de lengua el taco
sino que sobre el papel
ha relatado a granel
las historias de su saco.

De oficio veterinario
cambio bisturí por pluma
y ha sacado una por una
anécdotas de su diario.

De la Rial es punta lanza
que lanza de punta a punta
historias con que nos junta
a la raíz y esperanza.

La Flaca quiere escuchar
sus cuentos de viva voz
y con gigantesca hoz
la muerte le hizo llegar.


El mostro Hétor
A Héctor Cortés Mandujano

Las teclas, muy doloridas,
se han declarado en holganza
porque ninguna descansa
de golpeadas repetidas.

Escribe, cuenta y escribe.
y ¡no me lo han de creer!
que descansa con leer.
¡No sé cómo sobrevive!

Cuando abandona ese vicio
se dedica a platicar
y luego vuelve a empezar
siguiendo nuestro estropicio.

¡Basta ya!, clama la eme
mientras la u y la e
se juntan con ere y te
para que se petatié.

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Nota rimada. 22. Las que calan de a deveras… las calaveras/1. Maclovio Fernández

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Bienvenidas las Calaveras de Maclovio Fernández

Por Maclovio Fernández
La bella noruega
A Mónica Corzo Aguirre

Llegó de tierra noruega
muy estirada y hermosa
y se dedicó a la juerga
de manera glamorosa.

Apoyada en su sapiencia
fue buena para el trabajo
y acumuló con paciencia
mucha riqueza, a destajo.

Acopio hizo de cultura,
siendo mujer de alto vuelo,
pero la Parca asegura
que la pondrá bajo suelo.

Lamentan muchos galanes
que la veneraron tanto,
el desaire a sus afanes
llorando en el camposanto.


Exagerado truncador
A Gil Zepeda Gómez

Las palabras hizo nudo,
en versos muy recortados
quitándoles frente y lados
hasta que volviose mudo.

De breve tornose en corto
de corto en desvanecido
no hubo refuerzo ni exhorto
y está desaparecido.

Sus huestes de la rialeza
claman su vuelta al estrado
diciendo con desagrado
que le ganó la pereza.

Ahora que está en el cajón
hay golpes en la madera
pretendiendo, a su manera,
decir versos con el son.


Una pulida calavera
para el Pulido Luis Daniel

Aunque fue muy buen poeta
el pulido Luis Daniel,
la muerte tocó trompeta
para llevarse al infiel.

Haciendo bolis estaba,
los acumuló a granel,
y ya contaba la paga
que ganaría para él.

Pero la muerte porfía
en llevárselo rodando
cuando esté en la portería
la calabaza atajando.

Del infierno, en la caldera,
su castigo es de agonía:
le vedan la escribidera
de su pasión; la poesía.


La revuelve vinos
Tania Corzo Hernández

Mujer de muy buena hechura
de carácter y templanza
su proverbial hermosura
pareciera una acechanza.

Doble su mérito es
de escritora feminista
puesto que es novel y lista
y fan de Sor Juana Inés.

Yo digo que es bienhablada,
derecha a más no poder,
mas, si la quieren moler,
los mandará… de bajada.

Su réquiem misterio encierra:
el coro de desgraciados
a cantar son condenados
mientras la hunden en la tierra.
Imagen proporcionada por el autor.
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Nota rimada. 21. Imitación, copia o plagio. Maclovio Fernández

Por Maclovio Fernández

Crítica Arrimada

El que esté libre de plagio,
que arroje la primera cita.

A propósito de la larguísima
lista de tramposos que, a descuido
de memoria, se les olvidó la historia
como testigo fehaciente de que esa
es una pendiente que viene desde el
código de Hammurabi que ha sido
plagiado desde la época de los
griegos hasta nuestros días.

Imitación, copia o plagio

La idea original fue mía…
si otros lo escribieron antes,
eso… yo no lo sabía.

Se ha puesto feo el asunto
convirtiéndose en enredo
la copia con coma y punto
en cantidad que da miedo.

“No es por falta de talento”
dicen los de copia y pega,
“es original mi intento,
pues pensar es una friega”.

Según declara el adagio
si al redactar hay errata
y de hacerlo bien se trata…
hay que recurrir al plagio.


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Nota rimada. 20. Y ya no. Maclovio Fernández

Por Maclovio Fernández

Y ya no
A mi madre

Luz que fuiste, y ya no.
El breve parpadeo, de aquel faro que fuiste...y ya no,
destella de repente.
Ventana en que se asoma una sonrisa
apenas dibujada,
luz que por otra luz es apagada.

Ceiba sin sombra ya,
desconsoladamente abandonada,
deshojada, deshijada,
sin una despedida que la razón te niega.
Adiós sin vínculo, que llegará a la nada.
Todo está roto ya,
el santuario que fuiste está cerrado
y no hay en las palabras magia alguna...

Seca está la laguna
y perenne la sed que no se sacia.
Hay que apagar el ansia
en el ojo del tiempo
hasta que vengan otros ojos
a mirar como levanta en remolino
el viento...

Dolor que ya no eres,
ausencia que nos hiere,
memoria que lastima,
adiós sin eco en que te pierdes,
herida que no cierra,
pena que no se manifiesta,
pregunta sin respuesta...

¿Eres tú?
¿Y soy, acaso yo, el que interroga?
¿el que te ve sin que lo veas?
el que no tiene, ya, cabida en tu recuerdo.
Sombra que soy, de aquella
luz que fuiste, y ya no...


["Escribí este poema el día que mi mamá ya no me reconoció..."]
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Nota rimada. 19. A la elegida. Maclovio Fernández

A la elegida
Por Maclovio Fernández


El uso de un agüizote que molesta y que calumnia, pagado por otra persona, no solo es mal visto, sino que, finalmente, resulta contraproducente y exhibe mala leche y deseos de descarrilar un tren que está incrementando su velocidad.

A la elegida…
No le veo brillo en sus intervenciones, hasta su voz es de bajo nivel y su discurso dormilón. Así, esto será cuestión de que alguien señale el bulto para quitarle lo insulso retirándole los tacos, como única acción con que pueda destacar.

Atascada
Ya se medirá la opaca
con el otro que destaca
¿quién perderá así su chance
conforme la danza avance?

Para aquella dispareja
que usa vocera y oreja
pa’ enlodar a su rival
invirtiendo su final

remito aquí una conseja:
no insistas en la calumnia
resultado de tu infundía
porque te verás… perpleja.

Maclovio Fernández

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Nota rimada. 18. Gangrena. Maclovio Fernández

Gangrena
Por Maclovio Fernández


Han perdido ya la pena
y están como pedigüeños
haciéndose más pequeños
en la vulgar repepena.

No hay dignidad ni vergüenza
buscando quedar a modo
la corrupción no es ofensa,
si les permite acomodo.

No es el único partido
que ha caído en este hecho
dándose golpes de pecho
para seguir sostenido.

Esta crítica es muy sana
en contra de los patronos
que muerden dinero y bonos
de la podrida manzana.

Maclovio Fernández

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Nota rimada. 17. Los bueyes no son de lidia. Maclovio Fernández

Foto: Anugrah Lohiya

Los bueyes no son de lidia
Por Maclovio Fernández



A pesar de tantos bueyes, no habrá más tardes de toros

México se queda sin la temporada grande en la plaza de toros.
         Un juez atendió la denuncia de la sociedad protectora de animales y prohibió las corridas en CDMX.
          Ojalá no hayan vivales que quieran tergiversar la decisión judicial y aprovecharse torcidamente del mandato para su beneficio.



Los bueyes no son de lidia

Están en la rogativa
implorando en sus corrales,
que los plurinominales
no queden a la deriva.

Quieren quedar incluidos
en la judicial medida
de suspender las corridas
y ruegan muy compungidos.

Organizan sus protestas
contra la transformación,
los de descornada testa
que piden continuación.

El juez protege a los toros
no a los bueyes descornados
parásitos sin  decoro
que han de ser sacrificados.

Maclovio Fernández

Foto: Anugrah Lohiya
Foto: Anugrah Lohiya