Líneas de desnudo. 150. Los editores. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 150

Los editores
Por Manuel Pérez-Petit

No es raro encontrar editores que se sienten incomprendidos cuando no una especie de misioneros abocados al martirio, o que apuestan de manera casi vocacional a su propia ruina. No lo es tampoco encontrar editores que conciben todo como un engaño sistemático a costa de autores cuyas obras no seleccionan ni dictaminan, con los que no trabajan, a los que no promueven, pero a los que cobran de antemano con beneficios. Sería mejor decir en este caso que uno tiene una editorial de autoedición, pero si bien en España sí se dice en el resto de nuestros países esa fórmula parece anatemizada, cuando con ella sí serían editores, pues no habría engaño. No está en la naturaleza verdadera del editor ni inmolarse ni estafar. Errores se cometen muchos, pero un editor no puede establecerse desde la mala fe o desde posturas autolesivas. Ser editor es otra cosa. Se trata de un oficio desconocido que requiere mucho más de lo que parece, y aún así el acceso a la profesión es tan sencillo que asusta. 
            Hay muchos editores buenos, que se esfuerzan, son autoexigentes, autocríticos, rigurosos, buscan consejo, practican la humildad para llegar a la excelencia..., y muchos editores malos, que conciben esto en el mejor de los casos como simple negocio, cortoplacismo que no es más que un ejercicio grave de miopía cuando no rayano en no pocas ocasiones en lo delincuencial. A demasiados de los que llevan por título este oficio les importa el mismo lo que a un elefante el hambre en África. No entro aquí en calificar a unos y a otros; esto es una observación personal que puede ser compartida o no pero que estoy seguro que es compartible. Es solo una reflexión; no está en mi intención establecer paradigmas. Sin embargo, del hecho de que cualquiera, incluso personas que –a qué negarlo– no saben en realidad leer ni escribir, se sientan capaces de ser editores o parte del sector editorial y cultural en nuestros países, sin haberse preparado ni haber casi leído ni tener el menor conocimiento de nada, da que pensar. 
Debo confesar que tengo un largo ensayo inédito sobre el oficio de editar que puede que algún día vea la luz por mor de la generosidad de algún editor de los de verdad, que aún existen, pero como primer paso para asumir la tarea de dignificar cada día más este antiguo y noble oficio, los buenos editores deberían ser declarados especies protegidas.
Fotografía: Archivo de Sediento Ediciones, propiedad de M. P.-P.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

Líneas de desnudo. 149. Soñar con que todo llegue a todas partes. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 149

Soñar con que todo llegue a todas partes
Por Manuel Pérez-Petit

Llevo mucho más de media vida reflexionando acerca de mi oficio de editor, esbozado desde mi infancia y formado y llevado a la práctica tanto en España como después, en plenitud de vida y constante revisión e incremento de conocimientos, en México, y hasta hoy. 
            Hablamos y escribimos la misma lengua, por poner nuestro caso, en muchos países del mundo. Soñar es gratis, desde luego, pero en el ámbito hispánico, tan poéticos como somos, nos negamos por sistema a soñar. Y podríamos soñar con hacer un esfuerzo para que lo que se publica en un país se publique y conozca en otros y superar, de paso, ese sistema de localismos tan de herencia borbónica que nos impide asumir conceptos globales en nuestra propia región del mundo, que no debemos olvidar que es una, y está unida por el idioma, y en ella caben todas las particularidades, sin perder ninguna un ápice de sí mismas.
Sin embargo, no lo hacemos. No solo no se sueña sino que ni se piensa en ello. Para eso está el libro electrónico, otra falacia más de nuestro tiempo. Hay factores que inciden en la incapacidad de hacerlo: uno es el nacionalismo y otro es el propio sector, en el que el músculo financiero es, en realidad, exiguo (salvando al gran gigante editorial español, que bien podría hacerlo pero tampoco lo hace), acerca de lo cual podemos también reflexionar, y mucho, aunque de lo que no podemos sustraernos es de la realidad y los elementos diferenciadores de nuestra idiosincrasia, que suelo exponer con un ejemplo palmario: al contrario que en el mundo anglosajón en que todo llega a todas partes, en nuestro mundo hispano no llegamos casi ni a nuestro propio ámbito geográfico particular. 
Esto puede deberse a la no integración del ámbito independiente al sector, pero sobre todo tanto a ese afán individualista de herencia hispánica que tanto impera y autolimita como al sometimiento ciego y servil al mercado, con la dictadura de los números en primer plano, lo cual entra en contradicción con la teórica y falaz búsqueda de talento que tantos pregonan y que suele ser mentira, una administración irracional o por lo general improvisada de los recursos, la carencia de planes de negocio y estrategias concretas, la intolerancia a la demora de los resultados, la burocracia desmedida o la excesiva dependencia de las administraciones públicas o de instituciones de todo tipo para iniciar o consolidar emprendimientos que deberían ser empresariales, de la sociedad civil, cuando no flagrantes ejemplos de pura y simple moderna piratería, pues vienen de afuera o surgen de adentro con el solo fin de llevarse sin pudor lo más que puedan a cambio de puro cuento, de lo cual hablaré otro día.
Un editor, entre libros; es el sino.
Fuente de la imagen: En la Feria Universitaria del Libro (FUL) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), México, 2022. Archivo personal de M. P.-P. 

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

Líneas de desnudo. 148. Un amor de los de antes. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 148

Un amor de los de antes
Por Manuel Pérez-Petit

Sobre las tres de la madrugada comenzó a nevar con intensidad. Mientras ultimaba mi maleta, miraba cómo caían los copos a través de la ventana. Que nevara justo ese día me pareció simbólico. A las seis salí a tomar un café. Cuando regresé, sobre las siete, me puse a escribir como un poseso mi poema Madrid, última nevada.1 Una vez en la calle, cada pisada crujía, era una metáfora de mi rompimiento. No en vano estaba dando en realidad el paso más rotundo de mi vida: América, mi único lugar posible en el mundo. México, mi patria escogida, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Argentina..., países éstos entre otros que conozco bien y amo con devoción. 
            Sentí que con aquella nevada recibía la bendición de la vida y consagraba –asumiendo sus glorias y sus servidumbres– mi espíritu libre –extraño, lo comprendo, y tan honesto como inevitable, y libérrimo demasiadas veces, puede ser, que yo no lo niego–. Luego llegó la propia vida y puso de manifiesto para mi asombro mi capacidad de amar y cometer aciertos y errores y asumir triunfos y condenas. Como premonición, nevaba aún cuando mi avión estaba despegando.
En América he vivido, lo confieso, en el más amplio sentido de la palabra: vivir es darse por completo, y, en consecuencia, al no quedarse uno para sí con vida alguna, ponerse al borde de la muerte. Es como la libertad, que tiene su mayor sentido en usarla hasta el punto en que ya no le quede a uno gota alguna de libertad, y por eso creo y he escrito que la libertad consiste en negar la propia libertad, esto es, por vaciamiento.2
Y lo mío con México es, desde mucho antes de ese Madrid nevado del 26 de enero de 2010, fértil, incomprensible, incondicional, vocacional, irredento. Un amor de los de antes.

__________

1. Que pertenece a mi serie Poemas urgentes y que fue publicado por el gran Federico Corral Vallejo en México años más tarde, en mi compilatorio de mis primeros poemas escritos en América Sin tierra soy (Tintanueva ediciones, México, 2013).
2. Que puse en la pluma del protagonista de mi El año de las tormentas, en su primera novela, La vida es un tango por Calderón de la Barca (Ediciones Periféricas, México, 2019, 2da ed.: 2020; Ultramarina Cartonera, España, 2019).

   

Marzo de 2010. En el Cosmovitral Jardín Botánico de Toluca de Lerdo, Estado de México.
Fotografía: © María Guillermina Oteiza Cajiga.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de AlmuzaraMéxico.

Líneas de desnudo. 147. Algo que le falta al mundo. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 147

Algo que le falta al mundo
Por Manuel Pérez-Petit

Reflexionando acerca de filosofía y literatura, del fuego y del peso de las ideas en la palabra, la tempestad –que sería la literatura– es, y es evidente, diversa en esencia de la calma –la filosofía–. Que ésta ha pretendido históricamente usar de aquella, o ha visto en ella un modelo ideal de su propia expresión es una obviedad. Que, en cambio, aquella no se preocupa ni se ha preocupado en la historia demasiado de ésta también puede serlo, pese a lo cual se podría debatir con mayor amplitud. Que la crítica ha mezclado con frecuencia criterios literarios y filosóficos para el análisis de los textos literarios no es menos evidente, y, sin embargo, esto ameritaría también un análisis más profundo. Puede encontrarse la virtud en que es del César lo que es del César, sin obviar que a partir de tal axioma se abren muchas opciones para la reflexión. Y también en que hay claros puntos de convergencia entre ambas, dado que las artes de la palabra no son compartimentos estanco. Se habla, pues, de algo tan antiguo como la capacidad que tiene el ser humano de darle corporeidad con palabras a su pensamiento, que tiene múltiples formas de expresión directas e indirectas pero que con el lenguaje se sintetiza y fija. Dicho de otro modo, en la calma siempre se habló de la tempestad, mientras que en la tempestad nunca se habló de la calma y solo se habló de la propia tempestad. Y quizá esa sea la relación entre filosofía y literatura. 
            Lo cierto es que esta relación se ha vertebrado de manera principal en tres líneas: Filósofos que han escrito y escriben obras literarias, escritores que partieron y parten en su tarea creativa de una escuela filosófica y filósofos que hallaron y encontraron y hallan y encuentran en la literatura la fuente de su pensamiento. Son los casos, en el siglo XX, de Jean Paul Sartre (1905-1980), Albert Camus (1913-1960) y Martin Heidegger (1889-1976). El primero hizo literatura con la intención de transmitir sus ideas a la mayor cantidad de público posible, el segundo creó literatura a partir de unas ideas filosóficas concretas y asumidas en su propia vida y el tercero partió de varias fuentes artísticas para establecer su sistema filosófico.
Se podría decir que la filosofía y la literatura forman una pareja de enamorados en la que el conflicto es el modo de vida, pero en la que cuando tiene lugar el encuentro, éste es de gran fecundidad. 
Y yo creo que la fecundidad es algo que hoy le falta al mundo.
La peña del cuervo, en Mineral del Chico, Hidalgo.
Fotografía: Encuentro. © Mayté Flores Ayala Mancera.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

Líneas de desnudo. 146. Contigo volé como se vuela cuando dan igual todas las cosas. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 146

Contigo volé como se vuela cuando dan igual todas las cosas
Por Manuel Pérez-Petit

Ya no tiene sentido recordarnos aquellas situaciones en que pusimos desde el primer minuto los cimientos del fracaso, el cual en realidad era y es una realidad, y cuya responsabilidad es solo mía, y fue desde el primer instante en que nos vimos, y más cuando se podía percibir que desde ese momento han llovido las paredes más que los ojos, y lo veía cualquiera menos yo, aunque nadie podía verlo porque nadie nos veía en tu afán por el secreto, en el reproche primigenio de quien de antemano sabe con certeza que todo es una especie de ficción que comenzó con tus observaciones acerca de mi comunicación no verbal y tu necesidad, expresada con vehemente e implacable frialdad de mármol, de escrutar y conocer cada detalle de lo que había sido mi vida, a saber con qué fin o acusación particular cuyos misterios nunca desvelaste. Luego ni le dio tiempo al tiempo de pasar, y yo, que solo usaba mi derecho a ser tránsfuga, a entregarme a una causa que estaba convencido que eras tú, me doné a ti con todos mis defectos y limitaciones y también con todas mis fortalezas, y me negué por entero para donarme a ti como si fuera lo último que me quedara por hacer, en el aturdimiento que me provocabas con mi consentimiento, en la apertura a un mundo nuevo y lleno de posibilidades que me ofreciste y también como si un alud de tormentas me empujara a lo que yo creía que era el paraíso y ha resultado después ser el cadalso en que hoy me vengo despeñando, abismado por mis propias contradicciones y el aplastamiento que tu recuerdo me genera, dejándome llevar por la corriente de mis propias grietas insondables, sometido a la nube de silencio que yo mismo tejí con afán para engañarme y que lleva tu nombre grabado al fuego que aún con todo soy y del que tú careces. No tiene sentido, no lo tuvo, pero yo creí como nunca antes pude creer en nada, habiendo claudicado incondicional de antemano ante los escalofríos de mirarte. A partir de entonces sin yo saberlo fui mi propio lastre, y quizá de igual modo el tuyo, y los tirabuzones de acero en que me convertí me ataron sin remedio a lo que hoy es tu aparente y brutal indiferencia, en la que incluso todo aquello que antes te parecía perfecto hoy opinas que resulta de malo a peor según el caso, y en la manera en que luchas contra el hecho de que llegaste a amarme, de que me amas. Y aunque tengo frío y hambre nunca olvidaré lo que te debo. Contigo volé como se vuela cuando dan igual todas las cosas.
M. P.-P., septiembre de 2024
Fotografía: Archivo personal de M. P.-P.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

Líneas de desnudo. 145. Regalos que son para siempre. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 145

Regalos que son para siempre
Por Manuel Pérez-Petit

Fuego viniste a echar sobre la tierra,/ fuego Tú mismo, blanca luz que llueve

Miguel de Unamuno
Ella era tan alegre e inocente que apenas tenía conciencia casi ni de su propia vida. Tantas experiencias tuvo que yo sentía, cuando me las contaba, una envidia muy especial y un anhelo de vivencias que, ahora, cuarenta años después, no he conseguido terminar de colmar.  
            Me contaba las cosas como si nunca me las hubiera contado y, a la vez, como si no hubiera dejado nunca de contármelas. Yo memorizaba nuestras conversaciones, tan limpias, tan libres, tan sencillas..., como si en vez de protagonista ella hubiera sido siempre una testigo, y quizá hasta distante, del devenir de cada cosa. Tardes y tardes enteras pasábamos conversando. No dejaba de enseñarme cosas nuevas, a cada cual más extraordinaria para mí, y yo mirando, mirando, envolviéndome en los sueños de una vida tan compleja para mí y, a la vez, tan inteligible, que pensaba que sólo era posible que estuviera al alcance de mi mano porque me la contaba mi tía abuela María, Mariquita Gómez, tan simple en apariencia..., aquella de la que dijo una vez alguien de la familia que de los viajes sólo traía el polvo como las maletas..., pero ella no necesitaba nada más, vivía feliz y así había vivido siempre, y ya con los ochenta a cuestas y sin haber tenido nunca un resfriado, porque eso sí, no conocía la enfermedad, aunque creo que he oí, también de alguien de la familia, que, durante la guerra, tuvo la tosferina, cuando la tosferina era la tosferina y no existían todavía los antibióticos, pero se curó, y es posible que le hubiera afectado mucho porque nunca me dijo ni palabra del asunto, y eso es raro, porque creo que me contó toda su vida varias veces, siempre de manera diferente. Creo que no se acordaba bien de todo y me iba contando las cosas conforme las recordaba, de esa manera tan peculiar, como si a la vez reconociera haber vivido mucho a lo largo de su larga vida y, en el fondo, haber pasado por las cosas de puntillas. 
Yo era feliz, y todas las semanas corría a su encuentro. Ella era como una segunda madre para mí, y yo la sentía, ya digo, como un regalo. Y es que hay regalos que sin ya serlo siguen siéndolo toda la vida, como la blanca luz que llueve... Sin embargo, me pasó que después de unas vacaciones de verano, volví a visitarla un día, en su soledad y en la mía, como siempre, deseando retomar nuestras conversaciones, y me encontré con que ni su casa estaba.
Mi tía abuela María, la tata María como la llamábamos siempre, algunos años antes de que naciera M. P.-P.
Fuente de la imagen: Fragmento de una foto antigua familiar.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

Líneas de desnudo. 144. Y nazcamos. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 144

Y nazcamos
Por Manuel Pérez-Petit

Soy el embrión y me limpio sin pudor en un poema interminable de meandros silenciosos, capaz de levantar las aguas de todos los mares y poner uno a uno cada pez en cada estrella, de convocar y reunir en un arca cubierto de brotes a todos los seres luminosos que palpiten, más allá de cualquier siempre conocido en los confines de tus piernas que miran largamente, de prender el candil que permanezca fiel a sus raíces y sus brazos se levanten en el templo, ebrios de reconquista y de luces y de afán de poner orden, de recoger las espinas de mi carne con la soltura que transita por los cauces de mis sienes, como se yergue un cóndor sobre tus ojos cuando bailas por las calles y rebrota de tus labios, de beber el caldo de la muerte que se cocina en peroles en todas las esquinas y transformarlo en tu néctar filosofal que convierte en vida todo lo que toca en tanto todo gira en torno a ti, de ser el lazarillo de mis ojos en mi ceguera gracias a la gracia de tus labios que me donas en este ir a ti rodeado de luciérnagas y temblores y caricias que pronuncian solo un nombre, de vivir en la mirada atenta y feroz de nuestro perpetuo calendario más allá de los pliegues, rodeado de alcavaranes a cielo abierto y los delfines que se ríen y juegan en tus faldas, de estar cubierto por los rojos y arracimados ceibos de tus avenidas deliciosas y sembradas como el que camina rumbo a su abrazo favorito hecho de preñez, cosido a tus llamas y a tus ríos, de beberte bajo el manto de este gallo que me alza y me corona con sol sobre campo de plata, abriendo el grifo de luz que es y que contiene el óvalo enmarcado entre el olivo y el laurel, de reconocer que esto nos resume pese a que sabemos que el mundo está por levantarse todavía, de saber que en este parto que ahora por fin soy con fe me adentro en la fortaleza del monte sobre las aguas del océano cuajado de dolor y tiburones para hallarte en este eterno buscarte, de habitar en la estación en que evacuo los resquicios de mi muerte y la memoria de tus jaguares y colibríes, en mi anhelo de libar el néctar de tus flores, las dentelladas de las llanuras que te circundan no tan repletas ya de pumas y avestruces, de hervir a dentelladas de besos imposibles mi sangre y hacer la oración definitiva de tus ojos en tanto habitan en los humedales de mi espalda tus caimanes preferidos y cardiosaludables, de recorrer la senda que atraviesa los continentes y en la que todo se dirige a ti y te nombra, hallarte por fin para hallarme y de una vez nacerme de una vez bendita seas por para nosotros. Los territorios se rinden, claridad sin cercas llena de cantos, en los dones que hoy nos brotan, en este reto patria sin bandera, abiertos en canal para ensartarnos desnudos de una vez sin tiempo en la hora en punto y son estos tus ojos los míos los nuestros, y la mirada nos dice amor y se asoma de nuestro vientre al mundo, de nuestro ser con su cuerpo sin cicatrices, por fin, joder, hechos uno, poderosos, inmunes, decididos en la ecuación que nunca nadie pudo saber que supo, con la carta de naturaleza de nuestra condición original, mítica, pentatéutica, definitiva, que la casa en que habitamos no tiene muros, puertas ni ventanas; tiene extensiones tan abiertas que nuestra nueva enseña con rayas azules acostadas se proyecta en extensas alfombras y cuchillas que apenas se levantan por la acción de tu soltura, la gracilidad con que te empleas en tu continuo hacer y deshacerme, en tu labor de catequista para la nueva vida en que somos uno y, así, de este modo, inmersos en un gozo inevitable, que llegue el momento en que podamos decirnos ya que nacemos. Y nazcamos.
Imagen: Autorretrato (fragmento), @Mayté Flores Ayala Mancera

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

Líneas de desnudo. 143. Arquetipos de Caín. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 143

Arquetipos de Caín
Por Manuel Pérez-Petit

Mi deseo es que el Janucá nos traiga el milagro de la paz

M. P.-P.
Tuvo mi último texto publicado, Festejemos la luz, muy pocos lectores en relación a lo que es habitual y, sin embargo, levantó una fuerte algarabía en algunos foros y en algunas personas, de manera principal en España, país cainita por excelencia, como cainita es la guerra que se desarrolla en la tierra de Israel, la cual, como toda guerra, es detestable, y yo diría que no solo para los vencidos sino también para los vencedores.
            De los crímenes que se puedan estar cometiendo y se cometen no puede ser responsable el pueblo judío. En todo caso lo es el Gobierno del estado de Israel, como también lo son, pese a quien le pese, organizaciones palestinas que incluso en tiempos de paz atacan de manera indiscriminada el territorio de Israel. En este caso, además, el debate no es tan simple como ver quién es el bueno y quién el malo, y tomar partido en consecuencia. Toda guerra es indiscriminada, cruel, aberrante y detestable. ¿Necesaria? Nunca. ¿Justificada? Tampoco. A veces quizá quién sabe. De todos modos, esta guerra, que empezó como un acto de legítima defensa y ha derivado hace tiempo en una pesadilla, es, en realidad, un parricidio, pues ambos pueblos son semitas, descendientes de la misma sangre, y, por tanto, hermanos. No seguiré por este camino y no solo por la de amigos que estaré haciendo nada más se publique sino porque de lo que quiero hablar es de otra cosa.
Decía que la bronca con mi artículo se ha montado en España, esto es, en Sefarad. Los judíos sefarditas vivieron en el territorio de la península ibérica durante al menos quince siglos, haciendo aportaciones a la cultura española y portuguesa de incalculable valor que en la actualidad siguen vigentes. De manera principal tras su expulsión por los Reyes Católicos en 1492 pero también de Portugal en 1496 y de Navarra en 1497, se les ha seguido llamando y ellos mismos se llaman hasta hoy sefarditas, sin importar en qué parte del mundo hayan nacido: el Magreb, Egipto, Italia, Grecia, Turquía, Tierra Santa, Países Bajos, América... Siguen hablando el idioma castellano de hace quinientos años y mucho más que muchos españoles aman a España. 
Los españoles, por desgracia cada vez más y en mayor medida arquetipos de Caín, sabemos, no obstante, de mestizaje más que nadie, pues nuestra sangre proviene de más de una docena de razas y pueblos, y somos, nos guste o no, al menos en un cuarterón, judíos...
Un judío y un musulmán jugando al ajedrez en el siglo XIII de al-Andalus. El Libro de los Juegos, encargado por Alfonso X de Castilla, siglo XIII. Madrid, España.
Imagen: De dominio público, consultada en https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Al-andalus_229.png

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

Líneas de desnudo. 142. Festejemos la luz. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 142

Festejemos la luz
Por Manuel Pérez-Petit

Al anochecer de hoy, 25 de diciembre de 2024, comenzará el Janucá, fiesta de las luces o Luminarias, que conmemora la derrota de los helenos a manos de los macabeos hace más de dos mil doscientos años, la recuperación de la independencia judía y la purificación del templo de Jerusalén de los iconos paganos, de lo que se recuerda el milagro del candelabro, que ardió durante ocho días con una exigua cantidad de aceite, tan mínima que apenas debería haber durado uno. Hoy hace falta que haya luz.

Si ha habido una constante desde el segundo milenio después de Cristo ha sido la persecución a que ha sido sometido el pueblo judio en cualquier lugar del planeta, manifestada de múltiples maneras, pese a lo cual hoy los judíos representan aún el dos por ciento de la población mundial. El judaísmo es la más antigua, y la que cuenta con menos fieles, de las tres principales religiones abrahámicas,​ todas monoteístas, grupo que incluye el cristianismo y el islam, todas ellas originadas en el levante mediterráneo y cuya tradición espiritual está identificada con Abraham, quien vivió hace unos cuatro mil años y a quien se le conoce también como el primer hebreo –que significa ‘el que viene del otro lado’, por haber ido a Canaán desde Mesopotamia por mandato de Dios–, es considerado patriarca por las tres. A diferencia de las otras, el judaísmo no se considera a sí mismo solo como una religión, sino también como una tradición, una cultura y una nación, en tanto​ el cristianismo como el islamismo trascienden naciones y culturas y practican el proselitismo. Los judíos son los hijos de Israel, nombre dado a Jacob, nieto de Abraham, que significa ‘el que ha luchado con Dios’ que le puso el ángel con el luchó para bendecirlo. Más tarde, los judíos fueron denominados pueblo de Israel o israelitas. Proveniente del reino de Judá, formado por dos de las doce tribus del pueblo de Israel, con posterioridad, nació el término judío. Hay tanto que se puede leer acerca de todo esto, y de tan fácil acceso, que resulta innecesario abundar en estas limitadas líneas sobre el tema, Si acaso me permito referir a mi ¡Jag Jánuca Sameaj!, publicado en esta misma Letras, ideaYvoz el 1 de diciembre de 2021. 
Hoy la tierra de Israel es objeto de polémica, pero les cuento en forma de cuento o crónica algo que quizá pueda generar reflexión acerca de lo que hoy ocurre...
Le decíamos ‘vamos a comer judías’ y el gran Avi Rosen, que venía desde Israel cada año a los festivales y reuniones de arte electrónico que organizábamos, se reía a mandíbula batiente. Eran los años mágicos del primer Sediento del new media art, en aquel Madrid magnético y vigoroso, ecuménico, en que el arte de verdad era dueño de las calles, las tertulias crecían en llamaradas de zarza ardiente y la democracia cultural era de todos, abierta como quizá nunca se haya visto. Mi viejo y entrañable amigo Avi, artista contemporáneo poseedor de la virtud de convertir en arte todo lo que ve con una perpetua sonrisa que desarma a cualquiera, sufrió en el jardín de su casa en Haifa la caída, tiempo después, de varias bombas de Hezbolá...
Imagen: M. P.-P., hecho con Canva.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

Líneas de desnudo. 141. Mi oración de Navidad. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 141

Mi oración de Navidad
Por Manuel Pérez-Petit

Tiempo para la reflexión

Hoy me propongo expresar mi oración con unas palabras que sirven tanto para los creyentes católicos como yo como para los creyentes en cualquier otra confesión cristiana o no, para los no creyentes, los apóstatas, los agnósticos, los ateos o los desconcertados, que, por desgracia, son demasiados, o incluso para los que toman a Dios como algo personal con quien hacer lo que les venga en gana al margen de cualquier ley, porque en realidad da lo mismo. No por creer o no creer en ello existe algo, pues lo que existe existe al margen de que exista alguien que crea en ello... 
            Quiero volver a ver selvas y montañas. Una vez en alguien, vagar por el mundo como la mayor parte de mi vida hice, por lugares que no conocen los turistas. Quiero terminar mis libros. Escribir, escribir y escribir, que es mi manera de dar gracias por los dones y encantamientos recibidos; eso deseo, leer todo lo que tengo pendiente desde hace más de treinta años y rezar, que es la manera que conozco de hacer comunión con lo inasible, lo trascendente y lo divino, y de vivir.
En esta oración que llamaré de Navidad no solo conmemoro el nacimiento del Niño-Dios sino que lo revivo haciéndolo realidad en mi vida, renovando mi apuesta por el amor y la esperanza, contra todos los augurios agoreros de todo aquello que pueda ser, por decirlo de algún modo, aguafiestas. 

Haré siempre lo que deba, lo que mi corazón me dicte, lo que mi cuerpo aguante, pues nada me pertenece y todo lo que tengo y soy es para darlo.
En mi vida no cabrán nunca ni la impotencia ni la desesperación, pues mi paz, dado que tampoco es mía, no es negociable.
Por mí no valgo nada, pero no soy inútil y nunca lo seré, pues soy un instrumento.
Siempre pediré perdón y daré las gracias con humildad, pues eso me hará cada día más humano.
Siempre podré ver causas y dolores y alegrías, pues la transparencia me confiere lucidez.
No necesitaré a nadie ni a nada para amarme, pues amaré porque me amo y amaré porque mi vida es amar.
Y terminada mi tarea podré descansar en el lecho de tus eternos campos de plumas, ese territorio sin fin y feliz que es el definitivo.
Imagen: M. P.-P., hecho con Canva.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.