Polvo del camino. 308. La vida de los sueños. Héctor Cortés Mandujano

Polvo del camino/ 308

La vida de los sueños
Héctor Cortés Mandujano

En las entrañas de la línea sueña una mujer

Juan Gelman,
en “CCLXXI”

A mis amigas Damaris, Mónica y Rocío

Ella me escribe un mensaje por whatssap y me cuenta que me soñó. Es domingo. Un colibrí se acerca a mi ventana como si intentara tomar la miel de mi pensamiento para compartirlo con otro de los suyos que también aletea velozmente buscando la corola de una flor en el jardín.
Preparo un regalo. Recorto figuras de un elegante libro de pinturas: un unicornio, una nube, un árbol, un ojo enorme, el mar... El libro era de mi mamá y ella ya no puede reclamar el uso que doy a volumen tan cuidado. Haré un collage sobre una tela azul, afelpada. Luego le pondré una resina que un amigo que sabe de esto me recomendó. Será un brillante, un resplandeciente cuadro de ensueño.
Pongo sobre la tela, al centro, el ojo, como elemento divino. La nube hasta abajo, para proponer que el cielo está aquí, con nosotros, no arriba…
Hago con cuidado la distribución, sin todavía fijar ningún elemento; sin embargo, mi gata brinca y tira todo, incluso la resina que había dispuesto en mi mesita de trabajo. Los elementos se desarreglan, es decir, se arreglan de otro modo. El azar es un maestro: me encanta como quedó. Así quedará.
Debo apurarme, porque una periodista –mi amiga Damaris– vendrá a entrevistarme. Ella no sabe que yo sé que es su cumpleaños. Me llamó para acordar esta charla y le dije que sólo podía hoy y ningún otro día.
Mi estudio está pintado de blanco y la entrada está llena de enredaderas cuajadas de flores.
Recibo un mensaje de Mónica. Me dice: “Te soñé. El sueño era millonario y feliz”. Antes me ha visitado Rocío y me contó que, en sueños, vio la representación de una de mis obras, La divinidad del monstruo, en un elegantísimo teatro de Europa.
Estoy muy soñado en estos días.
Acabo de poner los últimos toques al cuadro, cuando sueña (es decir, suena) el timbre de la entrada. Es Damaris.
Nos saludamos con un abrazo y un beso.
—¿Cómo estás? –Me dice.
—Millonario y feliz –le respondo–. ¿Qué mayor tesoro que la amistad?
Le doy su regalo y ella se siente –sus gritos de entusiasmo lo demuestran–, igual que yo.
La ilustración es de Luis Daniel Pulido.
La ilustración es de Luis Daniel Pulido.




*Sobre el autor:

Héctor Cortés Mandujano

Narrador, dramaturgo y periodista cultural

Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.

Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.

Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).

Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.

Correo electrónico: hectorcortesm@gmail.com

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