Polvo del camino/ 296
Les toca a ustedes/ III
Héctor Cortés Mandujano
[Escojo lo que creo puede resultar interesante de lo que me mandan. Esto es un resumen y una antología. Ustedes hablan aquí...]
Marzo 2025
Sobre Casa de citas/ 731, “Nueve mujeres”, 1, escribe María Yolanda García: “¡Desde Chiapas! Esta nota sobre el Premio Dolores Castro 2024 en la categoría de ensayo. ¡Hoy es el día del bailarín! Feliz día, bailarinas señoras y no señoras. Belleza total, también acompañan a la nota el ensayo hermoso de la sirena Roxana Cortés”.
Damaris Disner: “Querido Héctor, siempre tus textos le dan alegría a mis domingos. Domingos que no son tristes desde mi decisión de florecer en vez de marchitarme. Y digo alegría, porque aunque a veces tocas temas profundamente dolorosos e inquietantes; si pensamos en el dolor propio o de la otra, son gozosos porque una lectura invoca al Espíritu Creador que se hace presente para alentarnos a no perder la esperanza; cuando nombramos hay una posibilidad de asimilar el por qué de los sucesos y vislumbrar un mejor sendero. Te dejo un abrazo grande”.
Dos amigos lectores coinciden: Luis Daniel Pulido: “He estado releyendo Casa de citas y es inmenso en acervo y memoria. Y es un pedacito nomás de tus lecturas. Eres una biblioteca con patitas jajaja. Gracias, maestro”, y Leonora Ventura: “En la semana leí varias (columnas), de años anteriores, que me gustaron mucho y ya no te comenté. Un abrazo”.
Sobre Casa de citas/ 732. “Nueve mujeres”, 2: Leo Morales: “No sé si tendría estómago para leer cosas tan crudas, tan reales, que se viven. Justo en nuestro estado, en ocasión del día de la mujer, escuché a tres mujeres indígenas. Me tocó profundo su lucha, su superación... [...] Me gusta que hasta piedras digieres, bonitas letras nos regalas”.
Luis Daniel Pulido me comparte un texto suyo llamado Para mí siempre será 1977: “Hoy viajé a Tuxtla. Las nubes no acostumbran a cerrar filas por la melancolía del viajero; callo y asiento, resignado, que acá no hay fresnos ni álamos, sólo batallas diarias por un plato de comida. Vamos varios en el transporte y hay una lucha invisible de todos contra todos: el que lleva prisa, el que no deja de teclear en su celular, el que escucha música sin audífonos, el albañil libidinoso, la joven que habla y habla y va feliz por haber asistido a un concierto de reguetón y ningún atisbo de piedad a la anciana con sus ojitos de selvas y manglares, a su destino: el olvido. ‘Las gentes son horribles. Y uno es tan horrible como ellas’, sentenció José Revueltas.
“Llegué a Tuxtla con el peso en el alma de todo lo que vi.
“Pero mi ciudad, como una foto de Win Wenders de 1977, sigue vigente, no se la comieron los pájaros, conserva su luz y su sombra, su sol voraz, las calles que me llevan a un amigo: el escritor Héctor Cortés Mandujano. Hay siglos que duran cuatro horas de conversación –esta vez analizando la estructura de La muerte me da, de Cristina Rivera Garza. Y de películas que ganaron el Oscar.
“Pero tengo que regresar.
“Y vuelvo a morir poco a poco.”

*Sobre el autor:
Héctor Cortés Mandujano
Narrador, dramaturgo y periodista cultural
Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.
Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.
Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).
Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.
Correo electrónico: hectorcortesm@gmail.com