Polvo del camino/ 288
Semillas de titanio
Héctor Cortés Mandujano
Comencé a leer en la mañana, hice pausa y concluí en la noche la breve novela Desde el jardín (Editorial Pomaire, 1974), de Jerzy Kosinski, en cuya contraportada dice mano anónima que era esta la novela que más inquietaba a Luis Buñuel. En la tarde del mismo día vi la película Titane (2021), de Julia Ducornau, que ganó muchos premios internacionales y cuya trama la ha hecho constante referencia al cine de Cronenberg.
Las dos historias son extrañas. En la novela, un hombre ha nacido y crecido en una casa rica donde tiene prohibido ir más allá del jardín, que cuida, y la recámara donde ve sin cesar programas de televisión. El Anciano (así lo llama) que lo protegía muere y la nueva sirvienta no sabe nada de ese jardinero que quizás tenga una incapacidad cognitiva. El despacho encargado del testamento le pide a este hombre sin nombre que se vaya y a él, que nunca había salido a la calle, le parece que esto es un nuevo programa televisivo y se comporta como un personaje.
Me salto hasta el momento en que le sugieren tener sexo. Él, salvo una revista pornográfica de alguien le enseñó (el libro, no nos olvidemos, es viejo), no sabe cómo los humanos se relacionan sexualmente. En la televisión, un hombre y una mujer se besan y luego la toma cambia a algo que no tiene conexión con el beso. Garden, como lo llaman, es joven y atractivo. Un hombre se desnuda frente a él, y él le pone un zapato en la entrepierna. Parece que eso hace gozar al otro. Qué raro verlo retorcerse de placer. Una mujer desnuda se mete a su cama, y él la ve extrañado. La mujer parece gozar sólo besándolo, acariciándolo, juntando su cuerpo con el suyo. Ella se enamora de cómo él la respeta (es casada), pero él no entiende qué debe hacer, porque no siente deseo, sólo curiosidad: ¿Esto qué es?
En Titane, la protagonista es una asesina múltiple, que no permite que ningún humano la posea. La intentan enamorar un hombre y una mujer, y a ambos mata. Un día, desnuda, oye los ruidos de un auto y sale a verlo. Tiene las luces encendidas y ella se sube a él (cuando niña, por un accidente de tránsito, le pusieron una placa de titanio, y desde entonces parece fascinarse con los coches). El automóvil se vuelve su amante activo, con la palanca de velocidades y un movimiento que comienza lento y termina en tremendas sacudidas.
Ella queda embarazada del auto. Es en serio. Hasta escurre aceite cuando se baña. Mata a varias personas más y para que no la aprehendan se corta el cabello, se venda el vientre (que ya delata su embarazo) y los pechos, y se desfigura la nariz a golpes. Se hace pasar por un niño desaparecido hace diez años y el padre, un capitán de bomberos, la reconoce como su hijo.
El tipo está más loco que una cabra y no hace caso a todas las advertencias que le hacen de que su dizque hijo parece un gay extraño, que finge mudez para no descubrirse por su voz.
La peli no es, evidentemente, para todos los paladares. Algo que me llamó la atención es cómo el padre lo quiere y lo protege, y cuando ella por enésima ocasión intenta escaparse la busca, la encuentra en el baño y ve sus pechos de mujer. La cubre con su toalla y le dice algo que a mí me pareció humano, bello y loco: “No importa quién seas, ni qué seas: eres mi hijo y te quiero”.
Si no tienes gustos convencionales, lector, lectora, creo que estas dos obras pueden encantarte.

*Sobre el autor:
Héctor Cortés Mandujano
Narrador, dramaturgo y periodista cultural
Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.
Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.
Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).
Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.
Correo electrónico: hectorcortesm@gmail.com