Líneas de desnudo/ 166
Redención
Por Manuel Pérez-Petit
Cuando el poeta –y todos lo somos– está enamorado, se destila, se deja caer en tanto se yergue y se dona sin condiciones en la transparencia azul celeste de tu mirada, ésa en que los grilletes –y uno, como Luis Cernuda (1902-1963), cree con razonable certeza en que libertad no conoce sino la libertad de estar preso en alguien– son de pétalos hasta ese día inencontrables y se convierten en la patria que a lo largo de toda su vida anheló.
Entonces, la lluvia florece, y, como el agua está compuesta en realidad por dos átomos de hidrógeno y uno de amor, el mundo implosiona lleno de quietud, nace la fertilidad y un nuevo orden, el de una redención de manos extendidas, se abre hueco imparable con pasos de gigante capaces como nunca de acariciar y hacer nuevo todo lo creado, pues el universo, incluso sin levantar los pies del suelo, ya es solo bendición, claridad y plenitud.
El enamorado ahí, en el umbral de dejar de ser el enamorado y convertirse en el que se da en amor, ya no requiere nada para sí, pues renuncia lleno de gozo, y vive en aquel ser en quien se halla dejando de ser él mismo, pues es más él en la otra persona que en su propio ser, razón por la cual será ya para siempre más él mismo en que sí mismo nunca podría haber llegado a ser.
El amor triunfa a lomos de este aliento compartido, se refuerza la teoría de que la oscuridad no existe sino que lo único que existe es la luz, se establece la desnudez como carta magna ineludible de la existencia y la transparencia toma cuerpo como el rayo en una transfiguración en que de todo el cuerpo brota como de la roca el agua purificante del templo invencible que levanta con sus brazos la persona amada y uno asume en calidad de humilde y vigilante clave constructora con las alas extendidas.
Todo debate ajeno, al fin, es eso, ajeno, se encuentra fuera de la realidad, toda la contradicción de una sociedad que se autodestruye se diluye haciéndose nada, toda la basura que anida como pandemia desaparece y todo dolor –y yo, como en José Hierro (1922-2002), Llegué por el dolor a la alegría– tiene sentido en tanto vía de acceso a un nuevo sol que quedará en nosotros para siempre. Y puede que nunca vuelvan a existir poemas por la sencilla razón de que la persona amada, y el hecho de amarla, es la poesía.

Fotografía: © Mayté Flores Ayala Mancera
*Sobre el autor:
Manuel Pérez-Petit
Periodista, editor, escritor y gestor cultural
Sevilla, España, 1967.
Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Ha sido director de Comunicación en el Servicio Andaluz de Salud, director editorial de intereconomia.com, adjunto a la presidencia del Instituto Europeo de Márketing, Comunicación y Publicidad, director de opinión de France Telecom España, director de relaciones públicas de la Fundación Leo Matiz o director editorial de AlmuzaraMéxico, entre otros puestos de responsabilidad. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. En la actualidad se dedica a la consultoría de alta dirección y a la docencia. Mantiene la columna Líneas de desnudo en la revista mexicana de fomento a la lectura Letras, ideaYvoz, en la que escribe tres artículos a la semana.