Líneas de desnudo. 156. ¿Por qué se escribe? Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 156

¿Por qué se escribe?
Por Manuel Pérez-Petit

El poeta checo en lengua alemana Rainer María Rilke (1875-1926) definió el amor como un homenaje mutuo de dos soledades que se cercan y se dan calor, y confesó: “Una obra de arte es buena cuando brota de la necesidad”. Despreciaba el paso del tiempo y exaltaba la virtud de la paciencia en el artista –elementos éstos que hacen falta hoy como el comer–, y dejó una estela de incalculables dimensiones, hasta el punto de estar en la base de gran parte del pensamiento contemporáneo. El escritor argelino Albert Camus (1913-1960) aseguró: “No puedo vivir sin mi arte”. La poeta española Gloria Fuertes (1917-1998) hizo constar también que no podía “vivir sin escribir”. El periodista y escritor colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014) comentó en cierta ocasión que para escribir sólo necesitaba tener calor y el estómago lleno. La filósofa española María Zambrano (1904-1991) dijo: “Escribir es defender la soledad en la que se está, es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, por la lejanía de toda cosa concreta, se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas”. Le preguntaron una vez al novelista argentino Osvaldo Soriano (1943-1997) que por qué escribía, y contestó: “Para compartir la soledad”. Tiempo después, el escritor uruguayo Mario Benedetti (1920-2009) se hizo eco de esta respuesta y publicó el 1 de noviembre de 1987 en el diario madrileño El País “La soledad comunicante”, un artículo a cuyo final se inquiría: “¿Qué es, después de todo, la soledad sino un homenaje al prójimo?” El poeta español Gabriel Celaya (1911-1991) proclamó en 1944: “Para salvar la poesía, como para salvar cuanto somos, lo que hay que transformar es la sociedad. Y a esto debemos consagrarnos con todo y, por de pronto, si damos en poetas, con la poesía como arma cargada de futuro”. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) afirmó: “La sociedad necesita de poetas como el cielo de estrellas”, poco después de que Isidore Lucien Ducasse, conde de Lautréamont, (1846-1870) predijera que un día la poesía sería hecha por todos, y si bien el alemán apelaba a la necesidad de poetas verdaderos, el francés –nacido, por cierto, en Uruguay– se reía de una sociedad en que proliferaban los escribidores de poemas...
Un día hablaremos de la Revolución francesa, que está en el origen del desastre al que asistimos hoy en día y desde hace más de doscientos años, pero cuando hoy uno escribe necesita hacerse la pregunta de por qué, que nunca en la historia anterior de la humanidad fue necesaria.
Fotografía: © Mayté Flores Ayala Mancera, con tratamiento en Canva por M. P.-P.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Ha sido director de Comunicación en el Servicio Andaluz de Salud, director editorial de intereconomia.com, adjunto a la presidencia del Instituto Europeo de Márketing, Comunicación y Publicidad, director de opinión de France Telecom España, director de relaciones públicas de la Fundación Leo Matiz o director editorial de AlmuzaraMéxico, entre otros puestos de responsabilidad. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. En la actualidad se dedica a la consultoría de alta dirección y a la docencia. Mantiene la columna Líneas de desnudo en la revista mexicana de fomento a la lectura Letras, ideaYvoz, en la que escribe tres artículos a la semana.

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