Líneas de desnudo. 154. Arder y callarse. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 154

Arder y callarse
Por Manuel Pérez-Petit

El concepto y la práctica de la ficción, en el arte, en la literatura, mediante la cual una “mentira” se hace verdad y más verdad que la verdad que está al alcance de los ojos, compartible, comunicable, es el elemento clave sobre el que pivota buena parte del peso de mi reflexión acerca de la literatura –el arte, en general– y la filosofía.
            El lenguaje de esta es denotativo: no deja nada por decir o sobreentendido u obviado. Se ocupa del ser, en sus justos términos, y esto ocurre sin tener en cuenta el método que use. La literatura, el arte, por su parte, se ocupa del deber ser, de lo inasible, incognoscible, imaginario, de aquello que cobra vida propia en el contexto de las cosas que rodean al ser humano, y, por tanto, su lenguaje es connotativo. En la filosofía no cabe la ficción, salvo cuando se incluye en una perífrasis, un circunloquio o alguna otra figura retórica, y lo normal es hacerlo con carácter explicativo o ilustrativo, dicho esto sin menoscabo de lo que pueda dar de sí el método intuitivo. La hipótesis podría ser un tipo de ficción con bases y fines científicos, pero como ficción, pura ficción, no sirve. Y la verdad es que no existe tropo alguno que sea de utilidad real a la filosofía. La comunicación de la experiencia, de la vida vivida, es, en cualquier caso, común a ambas disciplinas. De hecho, la experiencia es la principal forma de conocimiento. En este sentido, la comunicación del conocimiento es una labor compartida por ambas. Sin embargo, esto es harina de otro costal, y ya habrá tiempo de dedicarse a ello. 
En dos ramas del mismo tronco, el de la palabra, valgan estas reflexiones. Porque el caso es que en la calma –la filosofía– siempre se habló de la tempestad, y en la tempestad –la literatura, el arte– sólo hubo tiempo de hablar de la tempestad. Lo que al final queda en común a todo ello es el fuego, el que habita en las manos, como le dijo en una ocasión Federico García Lorca (1898-1936) a Gerardo Diego (1896-1987) afirmando que el poeta lo que hace es mostrarlo.
Se percibe de forma intuitiva en un primer instante, aunque luego se pueda poner en duda mediante el análisis y el enfrentamiento a ella desde otras perspectivas. Se podría reflexionar acerca del fuego –aquello que, por tanto, es común a todos– por una eternidad, pero recuerdo aquello de Goethe (1749-1832), “Escribir es un abuso de la palabra”, de lo cual tomo nota, y dado que cada día más amo el fuego y el silencio, por de pronto ardo y, al menos por hoy, me callo.
Tarde en rayas. San Miguel de Allende, Guanajuato, México, junio de 2022.
Fotografía: © Mayté Flores Ayala Mancera
Archivo de Kolaval, propiedad de M. P.-P.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

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