Voces ensortijadas 261. Atardecer en invierno. María Gabriela López Suárez

     
   
Voces ensortijadas 

María Gabriela López Suárez

Atardecer en invierno


Sofía revisó su reloj, ese viernes se había concentrado en el desarrollo de la propuesta de un proyecto cultural para infancias que presentaría el siguiente lunes. Tenía mucho entusiasmo por lo que representaba esa propuesta para su colonia, en el documento había integrado las ideas y necesidades que las niñas y niños de su colonia señalaron en un diagnóstico previo.
     Su celular sonó, era un mensaje de Romina, su amiga y compañera del trabajo, le recordaba que esa tarde se verían para organizar una kermés en el barrio donde vivía Romina, a beneficio de niñez migrante de madres y padres desplazados.
     —¡Chofi! Por favor, acuérdate que nos vemos hoy, a las 6 de la tarde en la canchita del barrio. Invité también a Temo, a Lupita y a Quique, seguro que traen buenas ideas.
     —¡Hola Romi! Gracias por el mensajito, nos vemos en un rato más.
     Terminó de hacer ajustes de formato al texto y Sofía revisó nuevamente el reloj, estaba justo a tiempo para salir a la cita con Romina. Se dirigió al sitio de vagonetas que la llevarían al barrio de su amiga. El carro no tardó en salir. El trayecto le tomaría alrededor de 30 minutos.
     Sofía se sentó en lado de ventanilla, se colocó sus audífonos. Pensó que tenía dos opciones, dormitar un ratito o bien, observar el paisaje.  Eligió la segunda. La luz de la tarde era sumamente hermosa. A diferencia de otros atardeceres que pintan el cielo con distintas tonalidades desde los tonos celestes, rojizos, naranjas, violetas, azules y grises, ese atardecer en invierno tenía una luz en tono dorado que irradiaba a todo el paisaje. Lo anterior, permitía que los árboles lucieran al máximo sus distintas formas, tamaños, follajes y ramas.
     El trayecto le pareció un gran regalo a Sofía, contempló ceibas, árboles de flamboyant, algunos pinos, y a lo lejos alcanzó contemplar las montañas que rodeaban la ciudad y las siluetas de los árboles que las bordeaban. Los tonos que predominaban esa tarde eran dorado y una especie de tono oscuro que le daba un toque especial a todo el paisaje, como a manera de contraluz. Indudablemente esa tarde era hermosa.
      Sumado a lo anterior, la pieza de jazz contemporáneo le daba un toque peculiar que la hacía sentirse muy animada. El celular de Sofía sonó nuevamente, era un mensaje de Romina que preguntaba si ya estaba cerca.
     —¡Romi ya estoy a unos minutos de llegar a la parada!  ¡Nos vemos en la canchita!
Mientras Romina continuaba con los ojos atentos al paisaje, su corazón también se deleitaba con la música de jazz.


Fotografía: María Gabriela López Suárez.

Sobre la autora:

Maria Gabriela López Suárez

Doctora en Estudios Regionales por la Universidad Autónoma de Chiapas y Doctora en Dirección y Planificación del Turismo por la Universidad de Alicante. Docente investigadora en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH). Es integrante  de la Red Internacional de Investigadores en Turismo, Desarrollo y Sustentabilidad (RITURDES), del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Colectivo Fotográfico Tragameluz y del Colectivo Reminiscencia, este último aborda el tema de los feminicidios. Desde 2008 colabora en diferentes medios en Chiapas. Fue corresponsal en Chiapas de la Agencia Informativa Conacyt. Actualmente es productora del programa radiofónico de la UNICH, Los Colores de la Voz; colabora también en la Red de Comunicadores Boca de Polen. A.C.

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