Líneas de desnudo/ 145
Regalos que son para siempre
Por Manuel Pérez-Petit
Fuego viniste a echar sobre la tierra,/ fuego Tú mismo, blanca luz que llueve
Miguel de Unamuno
Ella era tan alegre e inocente que apenas tenía conciencia casi ni de su propia vida. Tantas experiencias tuvo que yo sentía, cuando me las contaba, una envidia muy especial y un anhelo de vivencias que, ahora, cuarenta años después, no he conseguido terminar de colmar.
Me contaba las cosas como si nunca me las hubiera contado y, a la vez, como si no hubiera dejado nunca de contármelas. Yo memorizaba nuestras conversaciones, tan limpias, tan libres, tan sencillas..., como si en vez de protagonista ella hubiera sido siempre una testigo, y quizá hasta distante, del devenir de cada cosa. Tardes y tardes enteras pasábamos conversando. No dejaba de enseñarme cosas nuevas, a cada cual más extraordinaria para mí, y yo mirando, mirando, envolviéndome en los sueños de una vida tan compleja para mí y, a la vez, tan inteligible, que pensaba que sólo era posible que estuviera al alcance de mi mano porque me la contaba mi tía abuela María, Mariquita Gómez, tan simple en apariencia..., aquella de la que dijo una vez alguien de la familia que de los viajes sólo traía el polvo como las maletas..., pero ella no necesitaba nada más, vivía feliz y así había vivido siempre, y ya con los ochenta a cuestas y sin haber tenido nunca un resfriado, porque eso sí, no conocía la enfermedad, aunque creo que he oí, también de alguien de la familia, que, durante la guerra, tuvo la tosferina, cuando la tosferina era la tosferina y no existían todavía los antibióticos, pero se curó, y es posible que le hubiera afectado mucho porque nunca me dijo ni palabra del asunto, y eso es raro, porque creo que me contó toda su vida varias veces, siempre de manera diferente. Creo que no se acordaba bien de todo y me iba contando las cosas conforme las recordaba, de esa manera tan peculiar, como si a la vez reconociera haber vivido mucho a lo largo de su larga vida y, en el fondo, haber pasado por las cosas de puntillas.
Yo era feliz, y todas las semanas corría a su encuentro. Ella era como una segunda madre para mí, y yo la sentía, ya digo, como un regalo. Y es que hay regalos que sin ya serlo siguen siéndolo toda la vida, como la blanca luz que llueve... Sin embargo, me pasó que después de unas vacaciones de verano, volví a visitarla un día, en su soledad y en la mía, como siempre, deseando retomar nuestras conversaciones, y me encontré con que ni su casa estaba.

Fuente de la imagen: Fragmento de una foto antigua familiar.
*Sobre el autor:
Manuel Pérez-Petit
Periodista, editor, escritor y gestor cultural
Sevilla, España, 1967.
Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.