Líneas de desnudo. 137. La pelea. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 137

La pelea
Por Manuel Pérez-Petit

Cerrando círculos V

M. P.-P.
Con naturalidad de franciscano acepto el reto que llevo sobre mis hombros, una olla exprés en todo momento a punto de explotar, y pese a saber que todo reside en mi cerebro distingo los hemisferios connotantes y divergentes de mi vida, una barca con dos remos que en lugar de dirigirse a un destino se pelean entre sí. 
            Esa batalla entre mi corazón y mi cabeza cuyo origen desconozco es una realidad que me encontré puesta en mí hace casi cincuenta años. Desde el primer instante fuimos como viejos amigos. Siempre va conmigo, con todas las consecuencias que hoy por hoy no tiene caso enumerar pero que en otros tiempos me causaron muchas turbulencias, y hoy no deseo que cambie.
La primera consecuencia y el síntoma solo visible para mí de ello es incontestable: se me saltan las tapas de los sesos, como a Emily Dickinson (1830-1886), a quien además de admirar envidio, pues vivió con el afán de que sus poemas tuvieran vida. Y eso es el doble de valioso en una cultura de la muerte como la que vivimos hoy, un mundo para el que vivo inadaptado, tanto por razones de fábrica como por otras como las ya expuestas, y para el que, no obstante, puedo reconocer, aceptar, perdonar, resignificar, aprender y agradecer, pero con el que me peleo día tras día, en lo que siendo en apariencia un caos es la clave de mi propia libertad. 
Porque soy libre. Siempre lo he sido como siempre he sabido que ejercer la libertad tiene un muy alto coste en muchos sentidos, y lo he experimentado en otros no pocos. Pero sigo en pie, y tengo la capacidad de cerrar círculos, romperlos, pelearme, desangrarme en ello y salir no solo ileso de esta batalla permanente sino reconstruirme una y otra vez, pues soy el Notre Dame de mi propia vida, e igual que este próximo 8 de diciembre que se avecina la catedral de París volverá a abrir sus puertas tras el incendio que la destruyó hace más de cinco años, yo, que vivo en llamas desde hace cerca de cincuenta, puedo saber de reconstrucción más que nadie, y porque tengo fe, que es lo que me da la fuerza que no tengo, y tengo amor, puedo, desde la pelea que me asiste, crecer y crear.
Modesto Trigo: Retrato de M. P.-P. Óleo sobre tela.
Fotografía: Del propio Modesto Trigo, en Madrid, España, en 2005, aún sin terminar la obra.

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado docente y gestor cultural. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano. Desde diciembre de 2023 es director editorial de Almuzara México.

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