Voces ensortijadas
Entre aromas y sabores
María Gabriela López Suárez
Felicia, quien cursaba el segundo año de secundaria, escuchaba con atención la plática que daba el profesor Gilberto sobre la cosmovisión en los pueblos prehispánicos, su mente volaba en la imaginación intentando conectar cómo eran esos tiempos. Recordó los vestigios que conocía a través de las imágenes que había visto en los libros y también en algunos museos que había visitado.
Se quedó pensando que le habría gustado mucho vivir en esa época, caminar en los espacios, territorios, danzar, tocar algún instrumento musical, aprender a hacer vasijas o hasta pintar murales. Llegó el momento en que el profesor hizo referencia a los rituales que se realizaban en esos pueblos y la importancia de la música, los alimentos, los colores y las ofrendas.
La clase terminó. El profesor Gilberto despidió a su grupo. Felicia y sus amistades, Gerónimo y Maribel, comentaron que les había gustado mucho el tema. Mientras regresaban a casa iban recordando lo que les resultó más interesante. Luego cada quien tomó su rumbo para ir a sus domicilios.
Camino a casa Felicia pasó por un mercadito ubicado a pocas cuadras de donde vivía. Alcanzó a observar el colorido de las frutas de la temporada, eso anunciaba el Día de Muertos. A lo lejos percibió el naranja de las mandarinas, el amarillo de las limas, el verde de la caña. Conforme se fue acercando identificó el aroma de las flores de musá. Esa flor era una de sus favoritas, le traía el recuerdo de su abuelita materna, ya fallecida, a quien también le gustaba esa flor y le agradaba su aroma. Esa conexión con su abuelita Esther le hacía sentir muy bonito.
No resistió la tentación de pasar cerca de uno de los puestos de frutas, se le antojó una mandarina. Revisó si tenía dinero en su monedero, por fortuna tenía algunas monedas, le alcanzó justo para comprar un par de ellas.
Mientras seguía rumbo a casa comenzó a degustar la mandarina, estaba dulce, jugosa, como dijera su abuelita Esther, “en su mero punto”. De nuevo se le vino a la mente el tema de su clase, sintió su corazón contento, entre aromas y sabores, justo como en la celebración del Día de Muertos donde se mezclaban ambos elementos en las ofrendas y rituales. Guardó la mandarina que le quedaba para compartir con Mateo, su hermano menor quien seguro la esperaba en casa.

Sobre la autora:
Maria Gabriela López Suárez
Doctora en Estudios Regionales por la Universidad Autónoma de Chiapas y Doctora en Dirección y Planificación del Turismo por la Universidad de Alicante. Docente investigadora en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH). Es integrante de la Red Internacional de Investigadores en Turismo, Desarrollo y Sustentabilidad (RITURDES), del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Colectivo Fotográfico Tragameluz y del Colectivo Reminiscencia, este último aborda el tema de los feminicidios. Desde 2008 colabora en diferentes medios en Chiapas. Fue corresponsal en Chiapas de la Agencia Informativa Conacyt. Actualmente es productora del programa radiofónico de la UNICH, Los Colores de la Voz; colabora también en la Red de Comunicadores Boca de Polen. A.C.