Voces ensortijadas 193. Después de la tormenta llega la calma. María Gabriela López Suárez

                       Voces ensortijadas
           Después de la tormenta llega la calma
                  María Gabriela López Suárez

Marilú despertó de pronto, la razón había sido el sonido de los truenos acompañados de una fuerte lluvia. Revisó el reloj, las 3:45 de la mañana. Aún tenía espacio para dormir otro rato, el despertador tenía programada la alarma para las 6:30 de la mañana. 
         Los truenos y la lluvia poco contribuyeron para que Marilú conciliara el sueño, finalmente logró dormirse. Para su buena fortuna la alarma no sonó tan pronto, o al menos eso percibió al apagarla. Permaneció unos  minutos más en la cama hasta que decidió levantarse.
         Abrió la ventana de la habitación para percibir el olor a tierra mojada y verificar si la lluvia había cesado. Aún se hacía presente una leve llovizna. Supuso que el agua de la regadera estaba fría y decidió bañarse con agua caliente, buscó su resistencia eléctrica. Dejó calentando el agua mientras se preparaba un licuado con duraznos y fresas.
        Se bañó y arregló rápidamente. Revisó el reloj, marcaba las 7:28, estaba justo a tiempo para  salir rumbo a su trabajo. Bebió su licuado. Jaló su chamarra de mezclilla, su bolsa y su paraguas y salió de casa. Caminó alrededor de tres cuadras, llegó a la parada del microbús. Había una unidad con varios lugares, se subió y sentó en la tercera fila, eligió el asiento de la ventanilla. 
            Mientras el microbús hacía su recorrido, Marilú observaba con atención las gotas de agua que decoraban el cristal de la ventana. A lo lejos los cerros aún se veían cubiertos con la neblina propia de la lluvia que recién había escampado. Ese paisaje le provocaba nostalgia, venían a su mente los días de la infancia en los que suspendían las clases y ella y sus vecinas solían juntarse y jugar en el parquecito cercano a sus casas.
         Cerró un momento los ojos. El movimiento del transporte la fue arrullando, ya se sabía el trayecto rumbo a su trabajo, así que no dudó en dormitar un momento. Como una especie de alarma regresó al aquí y ahora, abrió los ojos y se encontró con un bello paisaje. El sol estaba asomándose, los cerros se veían despejados y permitían contemplar el verde que los decoraba. Marilú recordó los truenos que la habían despertado en la madrugada y ahora al observar el paisaje de la mañana se le vino a la mente la frase que solía decirle su abuelito Tomás,
        —Cuando tengas una situación difícil, acuérdate hija que después de la tormenta llega la calma.
          El rostro de Marilú dibujó una bella sonrisa, —qué razón tenías abuelito —dijo para sí, mientras se 
preparaba para ir pidiendo la parada porque ya estaba próximo su destino.


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Sobre la autora:

Maria Gabriela López Suárez

Doctora en Estudios Regionales por la Universidad Autónoma de Chiapas y Doctora en Dirección y Planificación del Turismo por la Universidad de Alicante. Docente investigadora en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH). Es integrante  de la Red Internacional de Investigadores en Turismo, Desarrollo y Sustentabilidad (RITURDES), del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Colectivo Fotográfico Tragameluz y del Colectivo Reminiscencia, este último aborda el tema de los feminicidios. Desde 2008 colabora en diferentes medios en Chiapas. Fue corresponsal en Chiapas de la Agencia Informativa Conacyt. Actualmente es productora del programa radiofónico de la UNICH, Los Colores de la Voz; colabora también en la Red de Comunicadores Boca de Polen. A.C.

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