Líneas de desnudo. 113. El alegato de Marcela. Manuel Pérez-Petit

Líneas de desnudo/ 113

El alegato de Marcela
Por Manuel Pérez-Petit

Por diversos motivos pero sobre todo de dependencia tecnológica en los últimos tres meses se me han ido acumulando –y siempre, como siempre, en paralelo, yendo y viniendo como mareas impredecibles, macerándose por sí mismos– en la olla exprés que llevo sobre los hombros, muchos textos para este más de suyo que mío Líneas de desnudo. Debo aclarar –como otras veces, pero nunca está de más–, que no hago borradores de mis artículos y que luego empleo, justo antes de su publicación, una media de tres horas en darles cuerpo en una carilla de hoja y, a veces, poco más, a cada uno. Regreso, pues, con todo, y con la venia.

M. P.-P.
No caeré en la tentación de convertir este artículo en una especie de sumario de los que han de venir. Es mi libertad. El pasado 3 de mayo publiqué La Luz y la oscuridad, cayendo desde entonces en un silencio en que he llegado a sospechar haber sido objeto de venganza por parte de la oscuridad, y si lo leen –o releen– deducirán por qué. Tampoco aprovecharé este reencuentro para contarles tanta iluminación que, por otra parte, ha tenido lugar en este tiempo, ni tanta sombra que aun siendo menor en cantidad y dimensión me ha asaltado, pues al fin y al cabo todo ello nace como consecuencia del mismo hecho de vivir, y menos aún porque las irán conociendo al hilo de mis próximos y sucesivos artículos.
            Yo no le doy esperanzas a la oscuridad, dado que la aborrezco, aunque a veces pueda uno confundirse y pensar que hay oscuridad en lugar de Luz cuando no es cierto, como ocurre en el capítulo 14 del Quijote, en que asistimos al entierro de Crisóstomo, quien se había quitado la vida por amor a Marcela, a cuyos pies rendido se declaró obteniendo un firme rechazo por respuesta. En un entorno en que se culpa a la joven pastora de su muerte, ella aparece de improviso y dirige a los asistentes del acontecimiento luctuoso un parlamento que aunque podría glosar no lo hago por su belleza y la pertinencia en este momento de la historia de la humanidad en que la negación de la libertad campa a sus anchas:

            Yo nací libre, y para poder vivir libre             escogí la soledad de los campos: los árboles de estas montañas son mi compañía; las claras aguas de estos arroyos, mis espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada puesta lejos. A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras, y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Crisóstomo, ni a otro alguno el fin de ninguno de ellos, bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad. Y si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos y que por esto estaba obligada a corresponder a ellos, digo que cuando en este mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad y de que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura; y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino?
 
            ¿Alguien podría decirme, pues, a la vista de este texto cervantino de comienzos del siglo XVII, que, habiendo sido ambos honestos en todo caso, la supuesta oscuridad –la muerte de Crisóstomo debida al rechazo amoroso– es más fuerte que la Luz –la declaración de libertad de Marcela– o incluso como oscuridad exista?
   
La pastora Marcela, por Cecilio Pla (1860-1934), publicado el 20 de mayo de 1905 en la revista Blanco y Negro.
Fuente de la fotografía: (1905-05-20). "Figuras quijotescas. La pastora Marcela". Blanco y Negro (733). ISSN 0006-4572. Tomada de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1905-05-20,_Blanco_y_Negro,_La_pastora_Marcela,_Cecilio_Pla_(cropped).jpg?uselang=es

*Sobre el autor:

Manuel Pérez-Petit

Periodista, editor, escritor y gestor cultural

Sevilla, España, 1967.

Periodista por la Universidad de Navarra y diplomado en pedagogía en lengua y literatura por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en literatura comparada y un experimentado gestor cultural. Como periodista trabaja desde hace muchos años en diarios y publicaciones periódicas de España y México y medios de internet y radio. Es editor desde hace más de 30 años, habiendo tenido a su cargo en proyectos propios y ajenos más de medio millar de ediciones de títulos de todos los géneros. En 2010, se trasladó a México y fundó Sediento Ediciones. Ha dirigido proyectos editoriales y culturales de ámbito latinoamericano y dictado conferencias y cursos en países de Europa y América desde hace 20 años. Es profesor invitado en la Bluefields Indian & Caribbean University (Bicu), de Bluefields, Nicaragua. Desde junio de 2011, la biblioteca de Yolotepec, comunidad indígena otomí de Santiago de Anaya, Hidalgo, México, lleva su nombre, y desde octubre de 2022 también la biblioteca de la comunidad indígena purépecha de la isla de Yunuén, Pátzcuaro, Michoacán, México. En 2017 fundó la causa Libros por Yolotepec, para la recolección de libros en donación para bibliotecas y la promoción de la lectura de los ámbitos rural y marginal urbano de México. Es autor de nueve libros individuales en poesía y narrativa. Su obra ha sido publicada, antologada o premiada en media docena de países. En 2020 fundó Kolaval, plataforma, agencia literaria y editorial de ámbito hispanoamericano.

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